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Crimen en la calle Ezcurdia

León Meana, un conocido militante socialista, fue asesinado a tiros cuando volvía a su casa. Nadie pudo ver a los pistoleros

Sábado, 24 de junio 2023, 01:47

1923. Hace 100 años.

De León Meana se sabía, principalmente, que era un hombre pacífico. Tranquilo. De hábitos fijos. Que paraba con frecuencia, por ejemplo, en el bar de la calle Ezcurdia donde le vieron con vida la última vez, hace ya cien años, y que allí solía limitarse a charlar con otros correligionarios o, simplemente, a leer o a escribir. No parecía el perfil típico para meterse en problemas y, sin embargo, hace un siglo nos amanecíamos con su muerte a tiros en plena calle. Ya a oscuras, eso sí, casi a medianoche. Fue entonces cuando Meana abandonó el bar rumbo a su casa. «Acababa de cerrar la puerta», dijo EL COMERCIO, «cuando se oyeron varios disparos, y enseguida viose penetrar violentamente a Meana», de vuelta al 'chigre', «exclamando: '¡Debo estar herido! ¡Debo estar herido!'». Todo sucedió muy rápido. «Entró hasta el primer comedor y, arrimándose a la pared, se dejó caer lentamente, sin pronunciar otra palabra». Al abrirle la camisa, vieron el tiro. Meana acababa de morir.

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Nadie había visto nada y en lo que habían oído existían discrepancias. «Sobre el número de disparos hechos hay distintas versiones, pues mientras los guardias aseguran que oyeron cuatro, otras personas dicen que seis». Tampoco se le había visto hablando con nadie susceptible de sospecha. Solo el guardia municipal del distrito, al día siguiente, apuntaría a un individuo que le había dado mala espina. «Solo puedo decir que era alto, delgado, y vestía mal, tocándose con boina», nos dijo. Al final, nada. Hubo un detenido y algunos apuntaron a que Meana tenía malas relaciones con un tal Adolfo Monteserín, apodado 'el Biribí', con el que había discutido una vez en La Guía, porque el socialista le había tirado la boina. «Entonces se echó sobre él y le sacó la pistola, amenazándole y haciéndole huir en dirección a la carretera de Ceares», dijimos al día siguiente. Cuatro años más tarde, por otra causa -un fracasado boicot político en cuyo juicio Eleuterio Quintanilla habría de declarar no conocer a los acusados- se dijo en nuestras páginas que lo de Meana había sido, quizás, un atentado organizado por Aurelio Sarabia, entre otros, anarquistas de la CNT. Al menos eso se decía.

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