¿Quién lleva los pantalones ahora?

Llegó el frío, el calendario hace que se saquen del armario los pantalones con más ganas que en ningún otro momento del año. Lógico. Es una prenda cómoda y versátil y además abriga ¡no se puede pedir más! Pero no siempre los pantalones podían vestirlos las mujeres y no hace falta irse muy atrás en el tiempo.

Durante buena parte del siglo XX los pantalones eran una prenda prohibida para las mujeres porque eran 'cosa de hombres'. Cualquier mujer que se atreviera a saltarse la prohibición y ponerse unos pantalones era acusada de travestirse y había cometido una ilegalidad, con lo que eso lleva implícito, ahora y antes.

De hecho y por poner sólo un ejemplo, la legislación francesa derogó en 2013 una ley de 1800 por la que se prohibía a las mujeres vestir pantalón salvo si montaban a caballo o en bicicleta, que entonces sí estaba permitido. Es evidente que la ley, las mujeres francesas la obviaron con mucho estilo, pero ahí estaba y nadie hasta ese momento se había fijado en lo sexista que era.

¿Alguna razón lógica para esta prohibición? Pues no. Otra prohibición más que no tenía ni pies ni cabeza.

El movimiento feminista y algunas celebridades de la época fueron los que dijeron que ya valía de la tontería de que las mujeres no pudieran ponerse un pantalón si les apetecía.

Una de esas pioneras fue precisamente una mujer francesa, la escritora George Sand que vestía con mucha clase los pantalones, las chaquetas y las corbatas. También hay documentos que muestran a Amelia Jenks Bloomer, conocida sufragista norteamericana, vistiendo los pantalones bombachos de estilo turco conocidos como 'bloomers'.

Sí, Coco Chanel demostró que el pantalón podía convertirse en un símbolo de elegancia femenina y unos años después, otro diseñador de moda francés, el genial Yves Saint Laurent, presentaba en sociedad su icónico traje sastre para mujeres en el que por supuesto se incluía un fabuloso pantalón.

Ojo que saltarse la ley no era fácil a principios de siglo XX si se era mujer y se quería poner una unos simples pantalones.

Marlene Dietrich, en 1933 recibía un telegrama de la policía de París cuando viajaba a la capital francesa desde Nueva York, advirtiéndola de que si aparecía en Francia vestida con pantalones sería inmediatamente arrestada. Decirle esas cosas a Marlene era no conocerla en absoluto.

La actriz desembarcó y tomó un tren a París vestida con un fabuloso traje pantalón, abrigo de corte masculino, boina y gafas de sol. Debió de pensar eso de '¿no querías caldo? ¡pues toma dos tazas!' Obviamente ni la detuvieron ni nada por el estilo, cuando llegó a París y se bajó del tren, se habría saltado la ley pero no podía estar más elegante.

Otra de las actrices que más hizo con sus actos por democratizar el uso del pantalón, fue la norteamericana Katherine Hepburn a la que los estudios de cine, como era habitual en su época, trataron de modelarla a su gusto pero no consiguieron ni tocarla un pelo de su cabellera.

En 1933 reconocía públicamente que la comodidad que le proporcionaba el pantalón frente a la falda era enorme y que cada vez que oía a un hombre decir que prefería una mujer con falda, le animaba a que se pusiera una él para probarla.

El arrojo y la decisión de todas estas mujeres y de muchas más en todo el mundo reivindicando el uso de una prenda tan inocente como un pantalón, fue un paso más en la carrera por la igualdad entre hombres y mujeres.

El momento en el que Barbra Streisand sube a recoger el Óscar que ganaba en 1968 no se recuerda por el escote de su vestido, por su peinado o por lo que dijo en su discurso. Se recuerda porque vestía un traje negro transparente, lleno de lentejuelas, diseñado por Arnold Scaasi y por supuesto, compuesto por un pantalón.

Hoy en día, en los armarios de las mujeres occidentales podemos apostar a que como mínimo hay el mismo número de pantalones que de faldas o vestidos, pero hace menos de 100 años ellas eran unas pioneras, unas mujeres decididas que solo pretendían reivindicarse como personas, con los mismos derechos a la hora de vestir que sus compañeros.

Y por cierto, esta temporada vuelven los pantalones de tiro bajo, vamos a ver muchos pantalones de efecto piel, serán lo más los pantalones de sastre o chinos con patrón 'oversize' (llevados a la altura de la cadera y con una pata ancha) y los pantalones con aperturas frontales a la altura del tobillo, serán una de las novedades en nuestros armarios.

Los pantalones han tardado en llegar a nuestras vidas pero han venido para quedarse, sin duda.

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