El arte de la galería Mateu
'Una mujer conduciendo cerdos', obra de Martínez Cubells que hoy se expone en Museo del Prado, estuvo una vez en la calle Corrida
Sábado, 14 de octubre 2023, 01:21
Hace 125 años Gijón estaba en la picota del mundo del arte. No solo podía verse, en las aulas del hoy ya Antiguo Instituto, las obras de nuestro convecino Álvarez-Sala, como decíamos anteayer. También habían llegado obras del valenciano Salvador Martínez Cubells a la galería Mateu, sita en la calle Corrida. Una de ellas representaba, según decía el cronista de EL COMERCIO, «unas casas en montón, una piara de cerdos; todo ello pintado con un carácter de rusticidad tal, con un colorido verdad y un ambiente local tan claro, que no me costó trabajo adivinar que aquello era un patio de aldea antigua, que conserva orgullosa lo más escogido de su arquitectura, tan difícil de reproducir que parece estar desafiando a las paletas más afamadas».
Se trataba de 'Una mujer conduciendo cerdos', obra que hoy atesora el Museo del Prado. No era la única. En Mateu tenían también obras de Plácido Francés, de Benavent, de Quintana, Garnelo y Cecilio Plá. «¡Y qué se yo cuánto más!», decía el periodista. «De todo. Para todos los gustos y para todos los gastos». «Me choca, señor Mateu, que con esta 'joyería' esté usted en Gijón», comentaba el entrevistador, en leve mohín de autoodio, pero aclarando: «no porque este pueblo sea de escasa importancia, sino porque aquí no se debe respirar mucho ambiente artístico, y estos cuadros no serán pagados cual se merecen». Y respondía el galerista: «Todo es encauzar, señor, todo es encauzar, y yo me he avecinado en Gijón y, o poco he de poder, o hago a este pueblo aficionado y entusiasta por el arte de la pintura».
Un reto más fácil de lo que nos pintaban. «La gente acude», afirmaba Mateu, «y yo les hago pasar el tiempo con rifas variadas de útiles efectos, y de vez en cuando, hago objeto de mi subasta algunos cuadros. Así el público va entrando poco a poco en este concierto artístico». Ayer como hoy: diversificación, clave del éxito. Los galeristas planeaban ya «traer a esta casa lo más escogido de la sociedad gijonesa» por medio de los 'Miércoles de moda', «en cuyos días los asientos que ahora son gratuitos, tendrán señalada una cuota, y el importe, amén de algunas rifas que haré, serán destinados a la 'Sociedad filantrópica permanente'», «que socorre a los hijos de este pueblo que regresan enfermos o heridos de la guerra». Caridad, arte y modernidad. Nacía el siglo.
