Cerdolí a la fuga en Agropec
Un jabalí cruzado con cerdo se escapó del corral que compartía con su hembra y crías, huyendo de una muerte segura en diciembre
Martes, 26 de septiembre 2023, 00:34
Fue la anécdota del día y, aún es más, de todo el certamen de Agropec en 1998. Lo contamos hace hoy 25 años. «Rebelión en la granja», titulábamos. «Un jabalí cruzado con cerdo se escapó ayer de un corral instalado en el pabellón Central de la Fidma y desapareció en el Monte Deva». Había ocurrido hacia las nueve de la noche del jueves anterior, cuando 'Lolo', «que así es como sus propietarios llaman al animal», logró escapar del corralito que compartía con su hembra -a la que a partir de entonces comenzó a conocerse como 'la viuda'- y sus crías. Fue imposible cogerlo, ni tampoco retenerlo «hasta la llegada de un veterinario que pudiera adormecer al animal para volver a introducirlo en su corral». El animal echó a correr hacia el Pueblo de Asturias. De allí huyó hacia La Guía «y después tomó dirección hacia la Universidad Laboral, donde se le intentó atrapar, de nuevo, sin éxito». El animal se internó en la frondosidad del Monte Deva y no se le volvió a ver el pelo... O, mejor dicho, la cerda.
Fue aquella nuestra primera noticia en torno al cerdolí, aunque en esta ocasión 'Lolo' no fuera estrictamente uno, ya que esa acepción la reciben, a día de hoy, los mucho más frecuentes híbridos entre jabalíes y cerdos vietnamitas. Una especie cada vez más habitual en los montes asturianos y peligrosa por la ausencia de miedo al ser humano, característica que le viene «de su parte más cerda», según dijo, en pleno ataque de hilaridad en 2019, Carmen Fernández, diputada de Foro Asturias.
Sin rastro
Volviendo a 1998, la hemeroteca de EL COMERCIO no arroja, a priori, resultados sobre el fin de la historia. Al cerdolí se le buscó con denuedo, «con la ayuda de un cazador avilesino y dos perros rastreadores». Se pensaba que, quizá, volvería, por instinto, al lugar donde estaban su compañera y sus siete jabatos, pero no lo hizo. 'Lolo' tenía cinco años, un peso de 200 kilos y futuro incierto, ya que «su propietario pensaba sacrificarlo el próximo mes de diciembre, y lo valora en unas 200.000 pesetas». El marrano consiguió cambiar su aciago destino por un auténtico 'sueño americano': la libertad y, además, la fama. ¿Quién daba más?
