Lo que se cuece en la comisaría

Tocaba hacer balance del año... en todos los ámbitos. Uno de ellos era el de la Policía Local, que presentó, hace 25 inviernos, su informe anual. Consideraba EL COMERCIO que lo más destacado del mismo era que, en 1998, un gijonés había cursado protesta por, supuestamente, «haber sido objeto de una agresión por parte de dos policías locales al tratar de defender a un compañero de trabajo de una sanción de tráfico que él consideraba injusta. El denunciante fue derribado al suelo, esposado y arrestado tras hacer notar a los agentes que su forma de actuar tenía ciertas similitudes con el franquismo». Ya ven que tratamos la cosa con el tacto que se merecía; si bien lo que más preocupaba a los gijoneses de a pie, según la administración, era «la confusión en la que se ven envueltos (...) a la hora de hacer sus trámites». «La complejidad y la abundancia de legislación hacen que el ciudadano normal se vea aquejado en ocasiones» de lo que se había venido en llamar (tomen nota) 'angustia administrativa'. Ese era el motivo más frecuente de queja... ¡y probablemente lo siga siendo!

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