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Historiadores y arquitectos, en la capilla de la Laboral.

Gran conjunción de estilos

Un grupo de expertos, reunidos por el 50 aniversario de la construcción de la Laboral, alabaron el valor del edificio

Domingo, 29 de octubre 2023, 01:09

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«Uno de los mejores edificios del siglo XX». Así definieron a la Universidad Laboral algunos de los expertos presentes en el primer congreso dedicado a tan insigne edificio, ineludible en la historia gijonesa y del que ahora, por primera vez de forma pública, también se reconocía su carácter de «construcción franquista». «Pero eso no tiene que influir en la valoración», decía José Enrique García Melero, profesor de Historia del Arte de la UNED. En la misma línea, Carlos Montes, director de la Escuela de Arquitectura de Valladolid, decía a EL COMERCIO que, como la Universidad Laboral era «una buena arquitectura, no me importa quién se la encargó hacer a Luis Moya. Considero que el régimen político con el que nació «no debe influir». Y más: Víctor Nieto, catedrático de Historia del Arte de la UNED de Madrid, pedía no olvidar «que es una representación del franquismo más duro, pero sí (...) hay que valorarla, y, sobre todo, respetarla».

La opinión de los expertos era fundamental en 1998, cuando aún no se habían llevado a cabo las grandes obras del edificio. Su estado la hacía peligrar. Inocencio Ares, profesor de Historia del Arte de la UNED, y coordinador del congreso, era claro en torno a esa cuestión. «Es preciso revisar esta construcción, porque la imagen que tiene es lamentable, aunque es cierto que va cambiando poco a poco. No se puede dinamitar esta obra solo por su relación con el franquismo. Es necesario recuperarla y que se le conceda la importancia que tiene». Para ello, el congreso de expertos se comprometía a trazar «las líneas que consideramos se deben seguir para su restauración y conservación».

Algunas ya las adelantamos por entonces en EL COMERCIO: «Sería conveniente que se constituyera un patronato y una oficina técnica para que la restauración de la Universidad Laboral fuera real, así como su conservación», nos decía, en primicia, Inocencio Ares. Todo estaba por andarse, más allá de discusiones políticas o del matiz de si era un símbolo de la reconciliación nacional, como aseguraba Nieto, o no. Lo importante era, según Melero, que «es una conjunción de estilos que merece la pena conservar». Y... sí.

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