Profilaxis para los cobradores del tranvía

Como para que nos lo digan en estos tiempos post covid y del 'contact less': hubo un tiempo en que los cobradores del tranvía chuperreteaban los billetes de los pasajeros para cortarlos, Y eso tampoco parecía bien hace 75 años, no se vayan a creer. Tal día como hoy, precisamente, un viajero habitual criticaba en nuestras páginas la práctica de los empleados, que seguía vigente a pesar de que desde hacía meses la compañía les había proporcionado «una esponja que va incrustada en una cacerolita, a fin de que en aquella mojen los dedos para cortar los correspondientes billetes». «Casi todos los cobradores, por desgana o por comodidad para ellos, no utilizan dicho aparatito, prefiriendo el llevar a los labios los dedos para el corte respectivo». Temía EL COMERCIO que aquella falta de higiene y, en general, de educación, causase un mal efecto «entre las personas que freecuentan nuestra población de otras provincias españolas» (desconocemos si en aquellas también se tenía la manía de chuperretear, pero por si las moscas). Afeado quedaba, pues. A usar la esponja, que para algo estaba.