Comer legumbres es sano y no engorda
Solo hay que mezclarlas con vegetales y cuidar la sal
Laura Pire
Lunes, 22 de febrero 2021, 17:49
Las legumbres en sí mismas, siempre son sanas. Tanto como alimento en solitario, como por el conjunto de nutrientes que aportan. Es una comida ... que sacia, que gusta: no tiene fallo. Si acaso, podemos poner la pega de que a algunas personas les producen hinchazón abdominal, razón más que suficiente para evitarlas, pero aun así, también hay una solución para no desterrarlas del todo. Ante frases tan manidas como que «en mi casa comemos como Dios manda, un primero de cuchara», las preguntas son las siguientes: ¿Hablamos de un plato de legumbres? ¿Cuántas lentejas hay por centímetro cúbico? ¿O acaso el compango no nos deja ver el bosque? ¿Al enfriar en la nevera, el caldo se convierte en gelatina? ¿La verdura del plato se circunscribe a algún iceberg color naranja, léase trozo de zanahoria?
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Si la respuesta a estas preguntas es una mayoría de 'sí', lo siento, pero tu criterio a la hora de incluir legumbres en los menús cotidianos no es muy saludable. Estas recetas, hay que dejarlas para el fin de semana. Te cuento por qué. Un plato de legumbre saludable se parece mucho a la proporción de nutrientes que presenta nuestro típico Desarme: los garbanzos con espinacas y bacalao. Para que esté realmente correcto, lo ideal es que la verdura y los garbanzos ocupen el mismo espacio en el plato. Mitad y mitad. La parte proteica (el bacalao) debe estar perfectamente desalada porque, si no, por el dulzor natural de la legumbre es muy fácil camuflar un exceso de sal y acabar convirtiendo estos platos de legumbre con proteína en pequeñas bombas de relojería para los hipertensos. Y nosotros pensando que lo hacíamos genial... ¿verdad? Ojo, aquí está el quid: si queremos prevenir, protegernos o tratar una hipertensión ya presente, estos detalles son la clave.
Pasa lo mismo con un pote asturiano. Aquí va la receta de uno saludable: verdura y legumbre a partes iguales y un pequeño trozo de proteína, jamón, chorizo, lacón, bien desalado y añadido siempre al final. Muy fácil. Cambia un poco su imagen y es menos potente el sabor, pues sí, pero de esta forma puede ser un perfecto plato único hasta tres días por semana sin ningún inconveniente. Y el día que queramos comer un señor plato de fabada con todos sus sacramentos, estupendo. Pero tiene que ser algo esporádico. Una o dos veces al mes, perfecto. Así sí. ¡Funciona!
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