La mejor opción es asegurar la casa con puertas blindadas y cerraduras de seguridad. fotolia

¿Qué hago si me han okupado la casa y han cambiado la cerradura?

Las primeras horas son clave para recuperar la vivienda y evitar los trámites interminables de la vía judicial

EL Comercio

Gijón

Miércoles, 25 de agosto 2021, 19:49

Se termina el verano y volvemos a casa, más morenos y con restos de salitre, lo que debería ser un momento de descanso -hogar, dulce hogar- en algunos casos puede convertirse en una auténtica pesadilla. Muchos son los propietarios que se encuentran con una desagradable sorpresa: su casa ha sido okupada durante su esencia y ya no pueden entrar.

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Una vez cambiada la cerradura, la vivienda pasa a ser la morada permanente de los okupas y el dueño, impotente y desesperado, se encuentra en un callejón sin salida. Una dantesca posibilidad que cada día preocupa a más veraneantes pues tan solo una orden judicial podría hacer que el propietario recuperase la vivienda.

Por esta razón, las horas siguientes a la okupación son claves para recuperar la vivienda porque aún se puede desalojar a los okupas sin orden judicial al ser un delito flagrante de allanamiento de morada. Este delito establece que «el particular que, sin habitar en ella, entrare en morada ajena o se mantuviere en la misma contra la voluntad de su morador, será castigado con la pena de prisión de seis meses a dos años».

No obstante, si los okupas cambian la cerradura, la vivienda pasa inmediatamente a convertirse en su domicilio y, entonces, se requeriría un procedimiento judicial por la vía civil o penal para proceder a su desalojo. Según las leyes españolas el domicilio es inviolable, tal y como estipulan el artículo 18 de los derechos fundamentales y las libertades públicas de la Constitución Española: «El domicilio es inviolable. Ninguna entrada o registro podrá hacerse en él sin consentimiento del titular o resolución judicial, salvo en caso de flagrante delito».

Por este motivo, en el momento en el que los okupas cambian la cerradura, son beneficiarios de ese derecho y si el propietario trata de cambiar de nuevo la cerradura o cortar la luz y el agua, se enfrentaría al mismo delito de allanamiento de morada.

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Así, para evitar que ocurra esta situación, lo mejor es asegurar la casa con puertas blindadas y cerraduras de seguridad para que no se pueda forzar ni entrar. También pueden instalarse alarmas específicas que avisen al usuario de cualquier intento de ocupación ilegal de la vivienda. Toda prevención es poca y más en casos como estos.

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