Rescate y liberación en cinco pasos: la historia del osezno Barniedo
El plantígrado fue hallado en un municipio de León con heridas provocadas por un incendio forestal. Tres meses después, agentes de Castilla y León, con la colaboración de profesionales de Asturias, han logrado la completa recuperación del animal
P. Pérez
Gijón
Martes, 19 de noviembre 2024, 16:25
El osezno Barniedo se paseaba cojeando por el municipio leonés que le dio nombre. Fueron los vecinos de esta localidad quienes dieron aviso a la Fundación Patrimonio Natural de la Junta de Castilla y León, que activó el protocolo. Naturaleza de Castilla y León ha contado cómo fueron las horas previas a su liberación.
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1Se enviaron a celadores y agentes medioambientales para su captura y traslado al Centro de Recuperación de Animales Silvestres CRAS de Valladolid. Allí vieron que el animal tenías las plantas de sus patas ensangrentadas, posiblemente por pisar sobre terreno quemado por el incendio forestal de Villafrea de la Reina. Después de un largo proceso, en el que intervinieron también veterinarios del Principado de Asturias, el cachorro pudo ser liberado.
2Tres meses después y ya curado, lo primero que se hizo fue llamar la atención de Barniedo con carne y fruta madura para que entrase en el habitáculo de unos 25 metros cuadrados en el que pasó la noche. Esto permitió a los veterinarios realizar la sedación con cerbatana para poder trasladarlo a la sala del centro de Valsemana donde se evaluó su estado de salud.
3El cachorro llegó al CRAS de Valladolid con tan solo 6,4 kilos de peso, pero tres meses después ha crecido tanto —ahora pesa casi 30 kilos— que tuvo que ser trasladado por cuatro personas. Ya sobre la mesa y aún sedado, los veterinarios y agentes medioambientales le extrajeron muestras de sangre y de pelo, lo que permitirá conocer su variabilidad genética, entre otras cuestiones. También le tomaron medidas físicas y se comprobó el estado de las garras que había perdido al lesionarse en el incendio. Por fortuna, las plantas de sus patas están totalmente recuperadas y no presentan ningún rastro de las lesiones sufridas. También se aprovechó para colocarle marcadores de GPS y un crotal de radio.
4Este trabajo, realizado por un equipo de técnicos, veterinarios, agentes medioambientales, celadores y la Patrulla Oso, con la colaboración del Principado de Asturias, se tenía que hacer rápida y eficazmente porque «Barniedo no puede estar sedado indefinidamente», ha destacado Naturaleza de Castilla y León. «Cuanto antes recupere la consciencia mejor para el animal, pero antes de revertir la sedación hay que repasar la lista de actuaciones para meterlo en la 'Culvert' que lo transportará a la naturaleza», ha continuado explicando el departamento del gobierno de la comunidad vecina en varios posts en redes sociales acompañados de vídeos del momento.
Durante el transporte, realizado en una trampa 'Culvert', ha estado monitorizado con una cámara constantemente para comprobar su estado y acompañado de dos veterinarios.
5Después de comprobar que Barniedo se encontraba en perfecto estado, llegó el gran momento: su liberación en una zona próxima al entorno donde fue hallado herido, un robledal con gran producción de bellota, lo que le facilitará alimento en los próximos meses.
El proceso ha quedado registrado por los agentes medioambientales, que lo narran de la siguiente manera: «Sube lentamente la puerta que abre ante él los espacios abiertos de la gran montaña leonesa. Qué ganas debía tener el bueno de Barniedo porque casi no nos dejó ni grabar el momento. ¡Que te vaya bien amigo! ahora sí, definitivamente».
El lugar elegido para la suelta es una zona próxima al entorno donde fue rescatado. Todos los expertos coinciden en que esto facilitará su rápida integración al resultarle seguramente familiar el entorno, donde se movía con su madre y otros dos oseznos antes del accidente.
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Barniedo debía de tener prisa por volver a su entorno natural porque, en cuanto se subió la puerta de su transporte, salió corriendo a gran velocidad entre los robles. Después de un día y medio de seguimiento, se ha podido comprobar que se mueve bien por una amplia zona, lo que probablemente sea un reconocimiento del territorio.
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Según el director veterinario del CRAS de Valladolid y responsable de su liberación, Álvaro Soto, lo normal es que, si hay abundancia de alimento, no necesite hibernar, ya que lo hacen como recurso cuando hay muchas nevadas y no tienen alimento disponible, por lo que, lo más probable es que haga grandes siestas pero no una hibernación en sentido clásico.
Doble marcación
Barniedo lleva un doble dispositivo de localización. El primero de ellos es un emisor GPS instalado en su espalda. La previsión es que este emisor sea operativo hasta la llegada del verano, cuando el animal mude su pelaje y el emisor se desprenda. Se le ha colocado un segundo emisor por radiofrecuencia que puede estar emitiendo señal entre cinco y seis años, si no se desprende. Los agentes medioambientales, celadores y patrulla oso podrán seguir su rastro para conocer sus movimientos en las distintas épocas del año, averiguar sus hábitos de alimentación y prever sus movimientos en función de la disponibilidad de alimento en el monte. Daniel Pinto, responsable de la Patrulla Oso, explica que tenerlo localizado es, además, una herramienta muy útil para evitar posibles situaciones de conflicto con los habitantes de las poblaciones más cercanas.
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Barniedo lleva incorporado un microchip que permitirá identificarlo en caso de que vuelva a ser capturado por cualquier motivo.
Un proceso de más de tres meses
Durante los tres meses que el osezno estuvo en el Centro de Recuperación de Animales Silvestres CRAS de Valladolid, se le desparasitó, se limpiaron y desinfectaron sus heridas y administraron antibióticos para evitar infecciones. Se inició un proceso de cura de sus plantas quemadas y de alimentación para que ganara peso y autonomía hasta el momento de su traslado a la finca de aclimatación de Valsemana de la Junta de Castilla y León. Allí llegó con algo más de 15 kilos de peso.
Durante su estancia en este recinto cerrado, monitorizado con cámaras y aislado de la presencia humana, se le alimentaba cada dos días lanzándole la comida por encima de la valla hasta alcanzar casi 30 kilos de peso. Desde el primer momento, mostró capacidad para trepar fácilmente a los árboles y poca relación con Cova, la osa recogida herida en Asturias con la que compartió recinto durante unas semanas.
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