¿Quieres despedir a tu mascota? Puedes hacerlo en el nuevo canal de EL COMERCIO
Una persona escribe en su agenda. iStock
Miércoles con Lucía Feito, psicóloga

Estrategias para organizarse sin caer en la autoexigencia

La psicóloga Lucía Feito explica que organizarse bien no significa llenar cada minuto, sino crear un marco donde nuestras responsabilidades convivan con el autocuidado

Lucía Feito

Oviedo

Miércoles, 10 de septiembre 2025, 21:08

Vivimos en una sociedad donde la productividad parece ser la vara de medir nuestro valor. Tener la agenda llena, ser eficientes y no «perder el tiempo» se asocia muchas veces con éxito. Sin embargo, detrás de esa autoexigencia desmedida se esconde con frecuencia agotamiento, frustración y la sensación de no llegar nunca a todo.

Publicidad

Organizarse no tiene por qué ser sinónimo de presión. De hecho, una buena organización puede convertirse en una herramienta de cuidado personal si se realiza desde la flexibilidad, la conciencia de los propios límites y el respeto por nuestros ritmos.

A continuación, comparto algunas estrategias para organizarse sin caer en la trampa de la autoexigencia.

Diferencia entre lo importante y lo urgente

Muchas veces la autoexigencia nace de querer abarcarlo todo. Una forma de aliviar la carga es identificar qué tareas son realmente importantes y cuáles simplemente son urgentes pero no esenciales. Pregúntate:

• ¿Qué impacto tendrá esta tarea a medio y largo plazo?

• ¿Qué pasaría si no la hago ahora?

Esto ayuda a priorizar lo que de verdad cuenta y a soltar lo que solo añade ruido.

Planifica con margen y flexibilidad

En lugar de llenar tu agenda de tareas al minuto, deja espacios en blanco. Los imprevistos forman parte de la vida, y no contemplarlos genera más frustración.
Un horario flexible permite ajustar sin sentir que «todo se derrumba» si algo no sale como esperabas.

Ponte metas realistas y alcanzables

En vez de listas interminables de pendientes, elige 3 prioridades al día. Acabar esas tres tareas es más motivador que sentir que siempre te queda todo por hacer. La organización es una herramienta, no una competición contigo mismo.

Publicidad

Aprende a decir 'no'

A veces la autoexigencia no viene solo de lo que queremos cumplir, sino de lo que aceptamos de los demás. Decir «no» a tiempo es también una manera de cuidarte y de ser más fiel a tus propios límites.

Introduce el descanso como parte de la agenda

Descansar no es perder el tiempo, es una necesidad. Programa pausas reales, actividades de disfrute y momentos para desconectar. La productividad sostenida nace de un equilibrio entre acción y recuperación.

Publicidad

Revisa tu diálogo interno

La autoexigencia se alimenta de frases como «tengo que», «debería» o «no he hecho suficiente». Sustituirlas por «elijo», «me viene bien ahora» o «he hecho lo posible» cambia por completo la forma en que nos relacionamos con nuestras tareas.

Celebra lo que sí logras

En lugar de mirar solo lo que falta, dedica unos minutos al final del día a reconocer lo que sí has conseguido. Este gesto refuerza la motivación y ayuda a valorar el esfuerzo, no solo el resultado.

Reflexión final

Organizarse bien no significa llenar cada minuto, sino crear un marco donde nuestras responsabilidades convivan con el autocuidado. Cuando dejamos de ver la agenda como un campo de batalla y la convertimos en una herramienta de equilibrio, aparece un espacio de calma y libertad.

Publicidad

Porque al final, no se trata de hacerlo todo, sino de vivir de una manera que nos sostenga, sin que la autoexigencia dirija nuestra vida.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

1 año por solo 16€

Publicidad