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Oviedo
Martes, 18 de mayo 2021, 15:17
Trabajar 55 horas o más a la semana aumenta en un 35% el riesgo de presentar un accidente cerebrovascular y en un 17% el riesgo de fallecer a causa de una cardiopatía isquémica con respecto a una jornada laboral de 35 a 40 horas a la semana.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) han analizado la pérdida de vidas y de salud derivada de las largas jornadas de trabajo y cifran en 745 000 las defunciones por accidente cerebrovascular y cardiopatía isquémica registradas en 2016, una cifra un 29% superior a la del año 2000.
Los datos hechos ayer públicos indican que, en 2016, 398 000 personas fallecieron a causa de un accidente cerebrovascular, un incremento del 19%, y 347 000 por cardiopatía isquémica, una subida del 42%, tras permanecer 55 horas a la semana al pie del cañón.
El 72% eran varones y la mayoría residentes en las regiones del Pacífico Occidental y de Asia sudoriental. La mayor parte de las defunciones registradas correspondieron a personas de entre 60 y 79 años que habían trabajado 55 horas o más a la semana entre los 45 y los 74 años.
El estudio ha recopilado los datos de 37 informes sobre cardiopatía isquémica con más de 768 000 participantes y 22 investigaciones relativas a accidentes cerebrovasculares con más de 839 000 participantes entre 1970 y 2018.
Estas cifras demuestran que alrededor de una tercera parte de la morbimortalidad estimada total relacionada con el trabajo se debe a las jornadas laborales prolongadas, que son el factor de riesgo que más contribuye a aumentar la carga de enfermedades ocupacionales.
El 9% de la población mundial trabaja muchas horas al día. Cada vez son más los trabajadores cuya jornada laborales excesivamente prolongada, una tendencia que da lugar a un incremento en el número de personas que corren riesgo de sufrir discapacidades o fallecer por motivos ocupacionales.
Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS, ha señalado: «La pandemia ha cambiado considerablemente la forma de trabajar de muchas personas. El teletrabajo se ha normalizado en muchos sectores y la línea que separa el trabajo y el hogar se ha difuminado.
Además, muchas empresas se han visto obligadas a reducir o a interrumpir su actividad para ahorrar costes y los trabajadores que quedan en plantilla se ven obligados a ampliar su horario laboral. «Los gobiernos, los empleadores y los trabajadores deben colaborar para poner límites a esta situación y proteger así la salud de los trabajadores», sostiene la OMS.
Por su parte, María Neira, Directora del Departamento de Medio Ambiente, Cambio Climático y Salud de la OMS, explica: «Es hora de que todos ―gobiernos, empleadores y trabajadores― adquiramos plena conciencia de que las jornadas laborales prolongadas pueden causar muertes prematuras».
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