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La papaya es una gran fuente de antioxidantes naturales, lo que ayuda contra el envejecimiento celular y protege la piel contra la radiación solar Brent Hofacker
Alimentación saludable: papaya

Fruta bomba: el superalimento que ayuda a adelgazar, combate la retención de líquidos y refuerza las defensas

Rica en agua y con bajo nivel calórico, esta fruta es recomendada por los expertos para una dieta sana por sus altos nutrientes y antioxidantes naturales

Lunes, 5 de diciembre 2022, 19:33

Una dieta sana y equilibrada es vital hoy en día para poder disfrutar de una vida tranquila y sin preocupaciones. Para aquellos que tienen por rutina el hacer ejercicio y la comida sana, les resulta sencillo seguir a ese ritmo; sin embargo, para los que están empezando a cuidarse les puede resultar difícil adaptar la dieta a una alimentación más sana o empezar una rutina de ejercicio que les aleja del sedentarismo habitual. Los profesionales recomiendan seguir una pirámide de alimentos donde escaseen lo máximo posible los ultraprocesados y primen los más frescos: carnes, pescados, frutas y verduras que ayuden a regular nuestro cuerpo y nos permitan mejorar en salud.

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Hay ciertos tipos de alimentos que son especialmente beneficiosos según qué aspectos, ya sea tanto para adelgazar, mejorar la digestión, reducir el colesterol o fortalecer el metabolismo.

A este tipo de productos multifuncionales se les denomina 'superalimentos', son básicos para cualquier receta sana y además muy fáciles de adquirir en cualquier supermercado o ultramarino de barrio.

De entre estos superalimentos, destaca la papaya o fruta bomba. Una fruta tropical rica en agua (88%) y que, por tanto, posee un nivel calórico muy bajo; además, es una de las frutas que más nutrientes aporta, con vitamina C, vitamina E, ácido fólico, potasio, calcico, etc. En general, es una fruta muy rica en antioxidantes naturales, lo que la hace perfecta -según los especialistas- para personas mayores, niños en edad de cremiento, mujeres lactantes y fumadores.

Beneficios de la papaya

Alivia la digestión

La papaya es una fruta especialmente buena para después de la comida, pues aporta unos beneficios que pueden aliviar una digestión pesada o la acidez estomacal. También está indicada para combatir las afecciones digestivas -como la gastritis o la hernia de hiato-, en especial cuando hay carencia de secreciones gastroduodenales y pancreáticas.

Esto se debe a que la papaya -aparte del gran número de nutrientes que aporta- contiene papaína, una enzima proteolítica que ayuda a descomponer las proteínas y facilita el proceso de la digestión

Ayuda a adelgazar

Como ya se ha mencionado, la papaya es una fruta rica en agua, por lo que contiene un muy bajo nivel calórico. De hecho, 100 gramos de papaya equivalen a 39 kilocalorías, por lo que comer esta fruta ayuda a obtener la sensación de saciedad y evita la necesidad de tomar antojos entre horas.

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Combate la retención de líquidos

Su alto contenido en agua ayuda a la diuresis y, por tanto, estimula la orina. Esto hace que sea la fruta ideal para aquellos que padezcan de retención de líquidos en piernas o vientre.

Disminuye la inflamación

La papaya contiene efectos antiinflamatorios, algo que se suele aprovechar en tratamientos internos contra la artritis, la gota, la amigdalitis o la faringitis. Además, en tratamientos externos se puede utilzar contra picaduras, hematomas e incluso heridas.

Cargado de antioxidantes

La papaya es una de las mejores opciones entre las frutas altas en vitaminca C, teniendo en cuenta que por cada 100 gramos, contiene 60 miligramos de esta vitamina. Además de esto, contiene unas altas dosis de vitamina A (una sola ración cubriría el 25% de la dosis diaria recomendada) y de licopeno, siendo este último lo que le da el color cracterístico de la fruta.

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En concluisón, la papaya es mucho más potente que la naranja a nivel de antioxidantes, lo que conlleva una protección especial de la piel contra la radiación solar, ya que facilita el mantenimiento de las mucosas y favorece la síntesis de melanina.

Su alta carga de antioxidantes, por tanto, protege frente a enfermedades causadas por el envejecimiento celular, como la hipertensión arterial o la arteroesclerosis. Además, últimamente se ha utilizado la papaya como terapia enzimática para redicir los efectos secundarios de la radio y la quimioterapia, por lo que es beneficiosa contra el cáncer.

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Refuerza las defensas

Precisamente, al ser una fruta cargada de vitamina C es lo que la hace tan ideal para mejorar nuestras defensas y combatir enfermedades tan comunes como un simple resfriado. Por tanto, es una de las frutas recomendadas en épocas de cambios de temperatura, cuando es más común el resfriarse.

Quiénes no deben tomar papaya

Aunque generalmente la papaya es una fruta rica en nutrientes y beneficiosa para todos, hay ciertos tipos de personas que deben evitar su consumición, ya sea en momentos puntuales o de forma permanente:

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- Su alto nivel en vitamina C es lo que hace a la papaya tan beneficiosa, pues es una fuente rica en antioxidantes, Sin embargo, esta misma vitamina, en exceso, puede desarrollar que se formen cálculos renales; por tanto, esta fruta no es recomendable para aquellos que ya lo estén padeciendo.

- La papaya también es una de las frutas más beneficiosas para la digestión, siendo ideal para tratar las afecciones estomacales en varios sentidos. Sin embargo, no se recomienda comerla para aquellos que estén padeciendo de diarrea, pues puede tener efecto laxante.

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- Del mismo modo, a pesar de que se recomienda tomarlo a las mujeres lactantes, se desaconseja a las embarazadas, puesto que la papaína (la enzina que la hace beneficiosa para la digestión) puede provocar contracciones uterinas.

- Tampoco deben comer papaya las personas alérgicas al latex, ya que la piel de la papaya -del mismo modo que ocurre con otras frutas vegetales como el kiwi o el aguacate- contiene proteínas del latex, lo que equivaldría a una fuerte reacción alérgica.

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- Por último, las semillas negras del interior de la papaya son altamente tóxicas. Poseen carpina, una enzima que puede adormecer los nervios, provocar parálisis o incluso depresión cardíaca.

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