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Explosión en Madrid

Un sacerdote de 36 años, cuarta víctima mortal en la explosión que arrasó un edificio en el centro de Madrid

El estallido obligó a desalojar un centro de mayores y llenó de cascotes el patio de un colegio que justo retomaba las clases

M. BALÍN / M. SÁIZ-PARDO

MADRID.

Jueves, 21 de enero 2021, 01:12

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Minutos antes de las tres de la tarde una fuerte explosión destrozó este miércoles un edificio en la calle Toledo, en el centro de Madrid. La deflagración en el edificio del Arzobispado de Madrid dejó cuatro fallecidos-entre ellos un hombre de 85 años que paseaba por la calle- y una decena de heridos. El último fallecimiento se ha producido a las 1:42 horas de la madrugada de este jueves y se trata del sacerdote Rubén Pérez Ayala, según ha informado la Archidiócesis de Madrid. Pérez Ayala, de 36 años, fue ordenado sacerdote por el arzobispo de Madrid, el cardenal Carlos Osoro, el pasado mes de junio tras formarse en el seminario Redemptoris Mater de Madrid.

La Policía Nacional investiga las causas de la explosión y ha desplegado en la zona efectivos de la Brigada Provincial de Información, Tedax y Policía Científica, así como de las unidades de Seguridad Ciudadana, de Intervención Policial y guías caninos especializados en la búsqueda de personas. La primera hipótesis, según fuentes policiales, es que la explosión se produjo por un avería de la caldera del edificio religioso. Los moradores habrían avisado a la compañía eléctrica por un fuerte olor a gas y, además, llamaron a David Santos, feligrés de la parroquia, para que les echara una mano. En su intento de arreglar el aparato pudo devenir la tragedia, aunque los investigadores estaban sorprendidos por la devastación que generó el estallido, quizá por la acumulación de una gran burbuja de gas en la sala de calderas.

El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, hizo una «valoración preliminar con todas las cautelas» y señaló que todo apuntan a una explosión de gas, que voló literalmente el revestimiento de las cuatro plantas superiores. «Los bomberos examinan si se han producido daños en el muro colindante que hay entre ese edificio que ha explosionado y el de la residencia de ancianos. También han caído cascotes al patio del colegio anexo», explicó. «El peligro está ahora en el embolsamiento de gas que pudiera afectar muy gravemente a la estabilidad del inmueble», añadió.

El edificio afectado es una construcción de hormigón y ladrillo que pertenece al Arzobispado de Madrid. En las cuatro primeras plantas hay locales, salones parroquiales y despachos de Cáritas, y en las dos últimas están las viviendas parroquiales.

Pared con pared se encuentra la iglesia Virgen de la Paloma y el colegio concertado La Salle-La Paloma. Y al otro lado hay una residencia de ancianos. Por fortuna, ni los dos centenares de niños que estaban en las aulas a las 14:56 horas ni las personas del centro de mayores sufrieron daños personales. Un hotel cercano se hizo cargo de estos residentes.

Imagen del edificio afectado y de momentos después de la explosión Agencias
Imagen principal - Imagen del edificio afectado y de momentos después de la explosión
Imagen secundaria 1 - Imagen del edificio afectado y de momentos después de la explosión
Imagen secundaria 2 - Imagen del edificio afectado y de momentos después de la explosión

La tragedia personal, por lo tanto, pudo ser mayor. En el colegio, por ejemplo, que este miércoles volvió a abrirse tras el temporal de nieve, los alumnos acababan de subir del comedor y se disponían a comenzar la clase de las tres de la tarde. «Si llegan a estar en el patio... Ahí hay una cancha de fútbol sala que ahora está llena de cascotes y hielo», comentaba, compungido, un profesor tras el cordón perimetral. Y es que la borrasca Filomena trajo nieve a Madrid, el frío extremo la convirtió en hielo y cubrió los patios de las escuelas, que cerraron. Pero quizá este hecho fue ayer un milagro para los niños de La Salle.

El Papa, con las víctimas

El papa Francisco ha trasladado su «cercanía y afecto» a Madrid «en estos duros momentos» por la explosión en una vivienda sacerdotal que ha causado la muerte a al menos 3 personas y ha dejado varios heridos. Así lo expresa en un telegrama enviado por la Secretaría de Estado del Vaticano, en el que se dirige al arzobispo de Madrid, el cardenal Carlos Osoro, al clero y a «todos los hijos de ese amado pueblo».

Además, el Pontífice «eleva oraciones al Señor y encomienda muy especialmente a su misericordia el eterno descanso de las víctimas, así como a los heridos y a sus familias».

Asimismo, pidiendo «la maternal intercesión de Nuestra Señora de la Almudena», imparte «la confortadora bendición apostólica, como signo de esperanza cristiana en el Señor Resucitado».

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