¿Quieres despedir a tu mascota? Puedes hacerlo en el nuevo canal de EL COMERCIO
Abogadas al rescate

Cinco razones por las que las capitulaciones matrimoniales son un acto de amor inteligente

La abogada Susana Alfageme explica que son cruciales para definir el régimen económico de la pareja antes o durante el matrimonio, protegiendo bienes y evitando futuros conflictos

Lunes, 13 de octubre 2025, 09:50

Hace unos días el chef de un restaurante en el que tuvimos una comida de trabajo tuvo la deferencia de venir a saludarnos y comentar el contenido de nuestros libros. Como uno de ellos lleva precisamente por título 'Todo lo que deberías saber sobre el divorcio', hablando precisamente de este tema, nos dijo una frase que nos guardamos no sólo porque tenía toda la razón sino porque era perfecta para comenzar de este modo este artículo. Nos dijo: «A las palabras patrimonio y matrimonio únicamente las diferencia la primera letra. Curiosamente cuando al matrimonio se le cae la «m» de amor tan sólo queda la «p» de patrimonio». Y esto es en gran medida verdad.

Publicidad

Es cierto que, cuando se produce una ruptura, nos enfrentamos a decisiones que tienen que ver con muchos aspectos importantes de nuestra vida como nuestra vivienda o el bienestar de nuestros hijos comunes pero un elemento de discusión siempre es el dinero (cuánto abonar de pensión de alimentos o de pensión compensatoria, si proceden) y el reparto de los bienes que la pareja tenga en común. Incluso la situación económica es causa de numerosas discusiones durante la vida de la pareja y también la razón fundamental de muchas rupturas, especialmente cuando las cosas no van del todo bien.

¿Hay alguna forma de evitar que pese más el patrimonio que el matrimonio y el amor? Por supuesto que sí. Y este el motivo de este artículo. Pero para actuar correctamente, como casi todo en la vida, hay que hacerlo bien desde el principio.

Cuando una pareja decide casarse, ¿en qué piensa? Sobre todo, en la organización de su boda: si la ceremonia va a ser civil o religiosa, qué restaurante es el mejor para hacer el banquete, cómo va a ser el vestido de la novia, dónde se van a ir de luna de miel... Pocas, muy pocas veces, se paran a pensar realmente en el más allá de la fecha elegida, en el orden económico de su vida común. Tal y como está la situación de la vivienda actualmente, seguro este es un punto que han previsto y solucionado de alguna manera pero poco más... y es algo que vemos cada día.

El matrimonio es una institución jurídica compleja porque aglutina derechos y deberes personales pero también económicos que aplican los tengamos en cuenta o no. Por eso, nuestro primer consejo es sentarse a valorar las opciones que existen y cuál es la mejor teniendo en cuenta la situación laboral y patrimonial de los dos. Y dos son también las claves para trazar un buen plan de futuro: el diálogo y el conocimiento. No hay que tener miedo a sacar el tema, a hablar con un profesional si es necesario y a poner encima de la mesa los pros y contras de elegir uno u otro régimen económico y hacer, si es necesario, capitulaciones matrimoniales.

Publicidad

Sin embargo, a pesar de ser no sólo recomendable, sino muy necesario, pocas parejas lo hacen. Da la impresión de que hablar de capitulaciones es como adelantar el guión de una ruptura cuando en realidad son el mapa que puede evitar muchos problemas durante el matrimonio. Existen infinitos mitos falsos alrededor de este documento, así que, ya que lo estamos recomendando, vamos a explicar cinco razones por las que consideramos que realmente hablar de capitulaciones cuando decidimos casarnos es un acto de amor inteligente:

1.Tú decides tu régimen económico desde un punto de vista muy flexible. Da la impresión que las alternativas tan sólo son dos: gananciales o separación de bienes pero esto no es cierto. Además de que existe un tercer régimen en el Código Civil, lo verdaderamente interesante en las capitulaciones es que se puede incluir cláusulas concretas y diferentes para ese matrimonio. Por eso es muy importante hacer un estudio previo de la situación legal y económica de los dos cónyuges y tomar las decisiones más oportunas al respecto. Resulta mucho más sencillo hablar y dejar estos puntos organizados cuando todavía no existen problemas y las dos partes pueden hablar desde el amor.

2. El momento es importante. Lo habitual y lo que ahora te estamos recomendando es hacerlo antes de casarte porque, de esta forma, ya se inicia el matrimonio con un determinado régimen que habéis elegido porque resulta el más conveniente. Pero la posibilidad de elección no se cierra en ese momento. Si más adelante las circunstancias cambian, es posible otorgar unas nuevas capitulaciones y modificar de nuevo el régimen económico. Lo que se decide en esta materia no tiene por qué ser para siempre.

3.Hay que hacerlo bien. Por hacerlo bien no estamos pensando tan solo en el contenido que, como es obvio, hay que pensarlo y valorarlo adecuadamente. Estamos pensando en la forma. Las capitulaciones se hacen mediante escritura pública ante notario pero, no te asustes, no son un acto caro. Si las haces antes de casarte debes tener en cuenta que luego el matrimonio debe celebrarse dentro del plazo de un año desde que se han otorgado o pierden su valor.

4.La publicidad es clave. Aunque parezca que un acto personal que tan sólo os atañe a la pareja, realmente no es así porque, a lo largo de vuestro matrimonio, vais a tener relaciones económicas y comerciales con otras personas y empresas a las que les puede interesar qué régimen económico se aplica al matrimonio porque puede tener importantes consecuencias. Por este motivo se inscriben en el Registro Civil donde consta el matrimonio y también en el Registro Mercantil si estos pactos afectan a la actividad empresarial de uno o de los dos contrayentes.

5. Ni sólo son para ricos ni son un cheque en blanco. No todo se puede pactar en unas capitulaciones, por ejemplo, no se puede vulnerar la igualdad entre los cónyuges y hay derechos que son irrenunciables. Y es interesante pensar en la mejor opción económica para el matrimonio sea cual sea la pareja y su situación. Es importante conocer cómo va a funcionar económicamente tu matrimonio si no las haces porque puede ocurrir que alguno de los efectos no te interesen y ni tan siquiera sepas que se van a producir.

Por todos estos motivos, el consejo final es claro: si vas a casarte, párate un segundo a pensar en la parte económica, en cómo va a funcionar tu matrimonio si no haces capitulaciones y, en caso de que no quieras alguno de esos efectos o no sean interesantes para los dos, entonces valora hacer capitulaciones y elegir lo que realmente es mejor para ambos.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

1 año por solo 16€

Publicidad