Real Oviedo - Sporting de Gijón

Nacho Méndez: «Ganar un derbi asturiano en el Carlos Tartiere es una espinita que tengo»

Nacho Méndez, cuya renovación se está negociando en los despachos estas semanas, pero que no quiere ni oír hablar de otro asunto que no sea el partido del Tartiere, es con holgura el futbolista con más partidos como rojiblanco de la actual plantilla. Muy atrás, tanto que habría que rebobinar hasta agosto de 2017, queda su debut de la mano de Paco Herrero. Fue durante un Sporting-Lugo, en la segunda jornada de liga y en El Molinón (2-0). Ahora, salvo imprevisto, el sábado alcanzará esa mágica cifra, situándose a las puertas de los cincuenta jugadores con más partidos en la historia del club.

Pero son días importantes, de concentración. Y de «responsabilidad». Un término al que apela varias veces. «Ya más allá del derbi, del tema personal, de dar la vuelta a la estadística en el Tartiere, este partido es importante porque son tres puntos y los necesitamos, sobre todo tras la mala racha que tuvimos en diciembre. Ganar en Oviedo puede ser un balón de oxígeno bueno para nosotros de cara a afrontar la segunda vuelta», sostiene.

El sol aparece para iluminar el Cantábrico y resaltar el amarillo del arenal de San Lorenzo. Una estampa idílica, casi veraniega, con la que ilustrar su cercano cumpleaños futbolístico. Nacho se confiesa «contento por la dificultad que tiene llegar a esa cifra y más con la edad que tengo (26 años)». En su búsqueda de explicaciones a su longevidad sportinguista, en un deporte gobernado por un mercado tan oscilante, apela a «la continuidad que he sido capaz de tener, sobre todo en estos dos últimos años, y de lo pronto también que me gané la oportunidad de debutar, incluso con una lesión de por medio». Llegar a los 200 partidos, reflexiona, «es algo que valoraré más con el paso del tiempo». Porque ahora, recalca, disfruta del momento. «Cada día que puedo ponerme la camiseta del Sporting es un regalo», concluye.

Su protagonismo no se reduce a esta efeméride. Nacho ha sido un agitador de los últimos derbis, en los que el Sporting ha vuelto a levantar la cabeza. Hace un año marcó un tempranero golazo en El Molinón para declarar fiesta regional en la Asturias sportinguista. Es, además, el único componente de la plantilla que ha estado presente en las tres victorias del equipo desde 2019. Y hoy por hoy, un futbolista elemental para Albés. «¿Si pediría marcar otra vez el gol de la victoria? Puestos a pedir, que no sea por no hacerlo», bromea. «Ojalá se repita, pero lo más importante es el equipo y volver a sumar de tres. Dar a nuestra gente la alegría y satisfacción de ganar un derbi en el Tartiere. Y firmo si lo hacemos con un gol de Rubén (Yáñez), me da igual, pero ganar».

El perfil bajo que ha llevado toda la semana el Sporting no le inquieta. «Es la semana en la que menos motivaciones extra necesitamos», defiende. Arriba, en el paseo, varios aficionados le han reconocido y se detienen. Observan la secuencia en medio de una semana muy especial. Un 'runner' cruza al trote con la camiseta del Sporting.

«El que necesite motivación no tiene más que darse un paseo por Gijón estos días y ver las reacciones y las caras de la gente, queriendo que llegue el partido», intercala Nacho Méndez. «Lo que darían todos por jugarlo y la felicidad que les daría ganarlo... Creo que tenemos que ser, sobre todo, muy responsables con el sentimiento de nuestra gente. Ojalá les podamos dar una alegría», expresa en el ecuador de la semana.

Su condición de anfitrión y el indicador de la clasificación, con el Oviedo sexto y los rojiblancos novenos, otorgan el cartel de favorito al equipo azul. Y aunque el capitán rojiblanco reconoce que «el Oviedo es un rival muy duro, no solo para nosotros, sino para cualquier equipo de Segunda, porque tiene una de las mejores plantillas de la categoría», concluye que en un derbi «no» hay favoritos. Y recuerda, con dos victorias consecutivas del Sporting en los dos últimos precedentes, que «ya hemos demostrado que podemos ganar».

«Hemos sabido jugar los últimos derbis, sobre todo desde el año pasado», considera Nacho Méndez, que solicita a su equipo un ejercicio de excelencia y concentración: «Los derbis son partidos muy igualados, que se deciden por pequeños detalles. Hay mucho desgaste, mucho duelo y no se pueden cometer errores ni regalar acciones. Tenemos que saber jugar este tipo de partidos y es lo que me deja tranquilo, que hemos sabido hacerlo en los últimos años». En plena madurez futbolística, el capitán encara ilusionado la caprichosa carambola que le ha brindado el destino: la búsqueda de la primera victoria en el Tartiere en casi 24 años en su partido número 200.

«¿Cuántos partidos aspira a jugar con el Sporting?», se le pregunta a Nacho Méndez, a punto de ser 'bicentenario', en su cita con EL COMERCIO. «Ojalá muchos», replica el '10', que termina contrato el 30 de junio, pero que tiene un objetivo muy claro en la cabeza. «Mi reto personal es jugar con el Sporting en Primera», avisa. «Es el sueño que tengo en el horizonte, mi único objetivo y tiene que ser el de todos este año», opina.

Pero de momento, prosigue, a vivir el momento, comenzando por el derbi. «Me planteo ahora jugar los 21 partidos que nos quedan esta temporada, lo que hablaría de que he tenido una continuidad y un rendimiento para el equipo», razona el mediocentro. Pero, matiza en un guiño al ascenso, «igual son 25 encuentros si somos capaces de meternos en el 'play off' y no podemos llegar más arriba». El «sueño», otra vez, que se le lleva resistiendo desde esa subida al primer equipo con 19 años.

Salvo ese deseo que expresa, una pequeña concesión en una semana de derbi, Nacho, que suma 199 partidos, 8 temporadas y 15 goles con el Sporting, no se come la cabeza con nada más. «Soy feliz aquí, en mi casa y con mi gente. Disfruto de cada día y me siento un privilegiado por poder representar al Sporting. Dios dirá qué pasa más adelante», agrega, obsesionado con el partido del sábado y con luchar por el ascenso: «No podemos dejar escapar esta oportunidad».

Los 199 partidos han supuesto todo un viaje. Una experiencia de vida, con un recuerdo por encima del resto. «En una semana de derbi, claro, me acuerdo del gol del año pasado en El Molinón y de la victoria de ese día, fue muy especial», destaca. Pero tampoco se olvida de otros momentos menos agradables: «La cabeza es caprichosa y también está el día de la lesión en Tenerife». Una 'patada' del destino que, tan caprichoso como es, se convertiría después en un punto de inflexión en su carrera. «Recuerdo la vuelta, los minutos que jugué en México en pretemporada. Y antes, el debut contra el Lugo, el gol en Copa ante el Reus... Disfruto de todo. Estoy en un club con el que me identifico totalmente».