La presión pudo con el Sporting

A Rubén Baraja le gusta jugar antes que sus rivales directos para intentar meterles presión, pero por lo visto en las dos últimas jornadas a sus jugadores no les sienta nada bien. El Sporting volvió a caer. Lo hizo ante un adversario que no se jugaba nada que se aprovechó de un error de Calavera a falta de diez minutos para el final.

Los rojiblancos no están. Han perdido la identidad que les hizo luchar por el ascenso directo y con ello los nueve puntos de las últimas tres jornadas. Zaragoza, Barcelona B y Tenerife han generado una crisis que llega en el peor momento. En una recta final que se le ha quedado larga a unos jugadores a los que no les sale nada.

En el Heliodoro Rodríguez López el equipo tuvo sus oportunidades, pero ya por el cansancio o por la presión, Michael Santos ya no está tan certero como demostró durante gran parte de la temporada. El uruguayo tuvo dos ocasiones muy claras para adelantar a los asturianos, pero se le hizo de noche.

El delantero no es el único que no está fino. Jony arrastra un desgaste físico que le impide, por el momento, ser el que era. Ese extremo que marcaba las diferencias en la banda izquierda, ahora le cuesta más encontrar el pasillo en las defensas rivales. Aunque hay que reconocer que en la segunda mitad sus centros generaron un peligro que ninguno de sus compañeros supo aprovechar.

La lucha por el ascenso directo puede quedar sentenciada a falta de dos jornadas para el final siempre que el Rayo y el Huesca sumen los tres puntos en sus respectivos encuentros. De ser así, tan solo faltaría conocer el tercer conjunto que sube a Primera, que saldrá de las eliminatorias del 'play off'.

El paso de los minutos en la segunda parte no ayudó para nada a los hombres de Baraja. Al igual que sucedió el pasado sábado en El Molinón, las prisas acompañaron a todas las jugadas rojiblancas y estas nunca son buenas.

Ahora al técnico vallisoletano le toca recuperar la moral del vestuario para encarar el 'play off' de la mejor manera posible.

Recuperar la identidad que llevó al Sporting a estar entre los mejores también es vital. Ahora la presión irá en aumento y la plantilla tiene que estar preparada para luchar por regresar a Primera. Sin excusas.

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