La falta de gol condena a un equipo sin '9'
En todo el mes de noviembre, el Sporting tan solo ha sido capaz de marcar desde el punto de penalti
El Sporting es un mar de dudas. Los despistes defensivos y la escasa eficacia goleadora condenan a un equipo que no alza el vuelo ... en Segunda División ni tan siquiera tras haber cambiado de entrenador.
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El último encuentro liguero de los hombres de Borja Jiménez es un fiel reflejo del equipo diseñado por la dirección deportiva esta campaña. Un equipo con poca alma, escasos recursos, sin gol y con la calidad justa para sobrevivir en mitad de la tabla a la vista lo ocurrido hasta ahora. La falta de un 'nueve' determinante es el gran punto débil de los rojiblancos.
Se termina el mes de noviembre y lo hace con el Sporting sumando tres puntos de quince posibles ante rivales de la zona baja de la clasificación, con la excepción de la visita a El Molinón de Las Palmas.
Aquel partido quedó marcado por el elevado número de ausencias que tuvo Borja Jiménez. Fue la excusa perfecta para firmar un empate sin goles y aparcar el autocar en la frontal del área. Tras el punto ante uno de los 'gallos' de la categoría, todo fue a peor.
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Los once metros
Los penaltis señalados a favor del Sporting han sido los salvadores de un equipo que se encuentra en medio de una crisis de resultados. Dubasin, en dos ocasiones, y Gelabert fueron los encargados de transformar las penas máximas, con enfado incluido de Caicedo al negarle el lanzamiento.
El ecuatoriano, muy cuestionado por la grada, intentó lanzar los dos penaltis pitados en El Molinón. Dubasin le convenció, ante el Eibar, de que la mejor opción es que le dejara el penalti. Diferente fue la reacción del delantero ante el Andorra. En la última jugada y tras la llamada del VAR, la suerte del Sporting quedó pendiente del lanzamiento desde los once metros. Gelabert cogió el balón y Caicedo mostró su enfado por ello. Se volvió a quedar sin la opción de poder estrenarse como goleador.
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Si bien el gol de Dubasin ante el Mirandés no sirvió para puntuar, los dos penaltis transformados en El Molinón ante el Eibar y el Andorra evitaron un mal mayor. A pesar de todo, la paciencia del sportinguismo comienza a llegar a su fin.
La exigencia que ha solicitado, una y otra vez, el Grupo Orlegi a sus abonados no ha sido correspondida en el terreno de juego. Algunos de los fichajes no convencen y mucho menos las decisiones tomadas con ciertos jugadores como el regreso del propio Caicedo.
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El delantero también sufrió el viernes el enfado de la grada. El atacante no tiene la culpa, pero sí la tienen los encargados de la parcela deportiva. Por primera vez desde que llegó a Gijón, Borja Jiménez mostró su descontento con las protestas de la grada antes de que el atacante pisara el césped.
Otros detalles del choque ante el Andorra también fueron significativos. El fondo de armario es escaso y no convence ni a los seguidores ni al cuerpo técnico. Por más que se empeñe Jiménez en dar cariño a sus hombres, no confía en una parte del vestuario.
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El Sporting hizo méritos para llevarse los tres puntos ante el cuadro del Principado, pero pagó caros sus errores. Primero en el área rival y después en la propia. Otero, Guille Rosas y Gelabert no fueron capaces de doblegar a Aron, el portero húngaro de 19 años, que fue el mejor del partido. La respuesta de Jiménez cuando a Otero se le acabaron las pilas fue la de dar entrada a Caicedo. No gustó a nadie su decisión. Justo cuando el ecuatoriano iba a salir al campo, el Andorra marcó el 0-1, lo que propició que el entrenador también llamara a Amadou.
Este último cedió un buen balón a Caicedo en un centro lateral, pero estuvo más rápida la defensa del Andorra para evitar el remate del rojiblanco. Aún así, ninguno de los dos ha demostrado tener el nivel necesario para desequilibrar los partidos.
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Sin Otero al cien por cien y sin Dubasin, los goles brillan por su ausencia, de ahí que el Sporting esté en plena búsqueda de un 'nueve' que le pueda aportar mordiente al ataque.
El único, que no pequeño, inconveniente es que media Liga también busca un goleador para sanar las heridas. Ilógico sería incorporar a un delantero más sin ofrecer una salida a Caicedo o Amadou. Lo que parece evidente es que el equipo necesita aire fresco casi en todas sus líneas.
No solo se necesita un delantero, los hombres en banda escasean pese a que el viernes Borja Jiménez recuperara para la causa a Dani Queipo. Resulta incomprensible que el Sporting se fijara en Óscar Cortés para reforzar la parcela ofensiva. Ni Garitano ni Jiménez le han tenido en cuenta.
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El juego del equipo tampoco está siendo brillante, aunque el viernes con tantas ocasiones generadas quedó en un segundo plano. Lo que resulta evidente es que sin gol, es más complicado ganar.
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