Miguel Ángel Ramírez - Entrenador del Sporting

Sporting

«Hablar de que hay que ascender es un error, hay que fijar la mirada en objetivos más a corto plazo»

—La semana empezó fuerte con un lunes en el que amanecimos con su posible salida al Barcelona de Guayaquil, con David Guerra confirmando la oferta pero sin saber si usted aceptaba. ¿Cómo lo vivió?

—Con la normalidad con la que ya viví otras situaciones iguales, pero que no han trascendido, pero por el tamaño del Barcelona de Guayaquil y el seguimiento que tiene, entiendo el ruido que hizo. Llegaron otras ofertas meses antes y nadie se enteró. Aprendí a vivir esto con normalidad desde que en 2019, en Independiente del Valle, empezaban a llamar clubes interesados. Me llabaman a mí personalmente porque no tenía representante y en ese momento era todo nuevo para mí y lo vivía con mayor incomodidad. Desde entonces, me he acostumbrado a que cuando entrenas te hacen propuestas. Cuando no entrenas, no te llaman tanto.

—Chocó que David Guerra no diera una respuesta al mediodía sobre la postura del entrenador.

—Seguramente en ese momento no se dieron los tiempos para reunirnos, hablar y poder comunicarlo. Pero para nosotros los tiempos fueron normales: llegar la propuesta, analizarla con tu grupo de trabajo, comunicársela al club, hablarlo con normalidad y hacer la toma de decisiones. Fue todo normal, como ha pasado en otras ocasiones. Estando ya en el Sporting un club se puso en contacto con el Sporting, que contestó que teníamos contrato, queríamos continuar juntos y no valorábamos la salida. Sin más.

—Se pudo interpretar que al no darse los cambios en la plantilla solicitados a final de temporada, había valorado la salida.

—También dije que en un mercado de fichajes iba a ser muy complicado hacer una gran revolución porque hay contratos en vigor, un límite salarial y es muy complicado hacer grandes movimientos en una plantilla de un año para otro en un solo mercado. Hay tener que tener paciencia y estar muy acertados con las incorporaciones para reducir el margen de error.

—Concluímos que lo del lunes fue normal y que su relación con el club es buena.

—Sí, sí, totalmente. Aquí pasó que el Barcelona de Guayaquil es un gigante con enorme masa social y cada cosa trasciende y se multiplica por diez. Pero el 'timing' fue normal, las reuniones se dieron con normalidad y la toma de deciciones también.

—En ningún momento del lunes pensó en hacer la maleta.

—No.

—En el plano deportivo, ¿qué posiciones cree que necesitaría reforzar ahora mismo?

—Hay áreas que simplemente porque no están pobladas hay una necesidad imperiosa de incorporaciones y otras con situaciones en las que no queremos continuar con esos contratos que tenemos de algunos jugadores. A partir de ahí, el club está estudiando la situación del mercado. Ya se han analizado perfiles y hemos tenido reuniones en junio para ver por dónde deberíamos ir para estar bien acertados, porque hay que reducir el margen de error en las pocas incorporaciones que puedas hacer.

—Se mostró la puerta de salida a jugadores como Cristian Rivera o Campuzano, que siguen aquí. ¿Qué encaje pueden tener si le toca jugar con estas piezas?

—Lo que tenemos claro es que tiene que haber franqueza entre club y jugadores y, a partir de ahí, los contratos están para cumplirlos y respetarlos. Siempre que se pueda una solución que favorezca a ambas partes, pues mucho mejor. Si una de las partes no quiere romper ese compromiso, obviamente lo tienes que cumplir. A partir de ahí habrá que ver cómo actuar en esa situación, pero lo importante es la honestidad y la franqueza para tomar la mejor decisión, en nuestro caso para el club y en el de los jugadores para ellos.

—Hay regresos como el de Gaspar o Fran Villalba, que el año pasado salió en una situación difícil. ¿Cómo lo ha visto estos días y cómo encajó su vuelta el vestuario?

—El ambiente del vestuario está siendo magnífico. Es algo que ellos han manifestado. Los que se han ido y han vuelto exponen que les gusta lo que se han encontrado aquí y el ambiente que se respira. El vestuario ha acogido a la gente nueva con muchisimo respeto, cariño y ganas de trabajar juntos. Necesito conocerlos en el día a día conmigo, porque no es lo mismo verlos en otros equipos, para saber realmente el potencial que pueden dar.

—Cali Izquierdoz estuvo casi fuera y ahora se queda. ¿Va a tener protagonismo?

—Todo dependerá de la plantilla final que se pueda conformar y la competencia que se pueda generar en esa posición. Veremos el día a día con Cali, con Pablo o con cualquiera en cualquier posición. Ahora acaba de llegar Enol Coto y es una competencia para Guille Rosas y para Pol Valentín, lo mismo con Pablo García para Cote y Diego. Esta competencia beneficia a la plantilla, que haya realmente capacidad de elegir.

—El año pasado, al llegar al mitad de curso, tuvo que hacer muchos cambios de sistema. ¿Esta temporada se le identificará con un estilo propio?

—Ayer leía las declaraciones de un entrenador argentino que decía que comparaba el modelo de juego con la vida, que uno juega como puede y no como quiere. Yo me encuentro con una plantilla que, en amplio porcentaje, sigue siendo la misma y una categoría en la que la mayoría de equipos juegan de una determinada manera, a no perder, tener pocos errores y que no pasen cosas. Tenemos que aprender del año pasado cuándo fuimos competitivos y cuando no. ¿Es lo que a mí me gustaría? No, pero uno tiene que adaptarse a lo que tiene y a la categoría.

—¿El objetivo real será pelear por el 'play off'?

—Hay que aprender del pasado y cada vez que se dijo eso el club se ha equivocado. Ha faltado prudencia y respeto a la categoría. Intentaremos hacer el mejor equipo posible para competir lo mejor posible y pensar en objetivos más a corto plazo y fijar la mirada aquí y no mirar más adelante porque en las útlimas temporadas no ha ayudado nada decir que este año se asciende sí o sí.

—Animó a ello también que Irarragorri fijara como un fracaso no llegar al 'play off'.

—Sí, sí, por eso digo que nos toca a todas las partes aprender de los errores y de la categoría y de los que se ha vivido el primer año para hacer las cosas mejor y ser más pruedentes, realistas e inteligentes y ver cómo podemos ayudar al equipo a competir mejor.