«La culpa de la inundación es del embalse de La Barca»
Los vecinos de Riberas, en Soto del Barco, aseguran que «al abrir las compuertas se inundó el Bajo Nalón»
MARCO MENÉNDEZ
Viernes, 18 de junio 2010, 10:17
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Los ánimos de los vecinos de la localidad sotobarquense de Riberas estaban ayer bastante alterados. Fue una de las muchas localidades que quedaron totalmente anegadas por las aguas del río Nalón, que llegaron a ocultar durante varias horas la carretera AS-16 entre Soto del Barco y Pravia. El río alcanzó en algunos puntos los dos metros de altura, pero no sobre su cauce, sino dentro de las viviendas ubicadas a la vera de la carretera.
Amador Campillo es uno de esos vecinos que atesoran una gran experiencia con las crecidas del Nalón. Asegura que la del miércoles «superó con creces la de 1982, que era la mayor de la que tenía recuerdo». Este vecino describe que en el interior de su vivienda «el agua llegó a más de un metro. Todo fue muy rápido, por la tarde, después de que abrieran las compuertas del embalse de Soto de la Barca. Esto es una vergüenza».
Campillo tiene claro que en el desbordamiento del río no tuvieron mucho que ver ni las lluvias ni la pleamar: «No llovió tanto. El Nalón va cogiendo todo el agua desde Tarna hasta aquí, que fue mucha, pero la apertura de las compuertas del embalse de Soto de la Barca lo remató».
Los vecinos han aprendido a diferenciar cuándo la crecida del río es debida al embalse o no: «En unas horas se puso toda esta zona intransitable. Hasta esta mañana -por ayer- no empezó a bajar y lo mismo que el agua subió muy rápido, bajó enseguida. Lo malo es que estábamos en alerta roja, ya se veía venir y no hicieron nada», indica Amador Campillo.
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No puede ocultar su frustración. Afronta «muchas pérdidas y el seguro nos dará lo que quiera. Ya tenemos experiencia en esto y sólo sentimos impotencia», reconoce.
Igual de indignado se mostraba José Ramón Prendes: «El alcalde sólo nos envió un camión para que recogiéramos la basura. Estamos sin luz y se nos han estropeado la calefacción, el congelador y la nevera», enumeró.
Segunda vez este año
Pero es que ya llueve sobre mojado. «Es la segunda vez que nos pasa este año. Un poco más arriba hay un puente sin ojo y cuando llueve un poco nos entra el agua en casa. Tengo 53 años y siempre es la misma cantinela, pero esta vez se pasaron siete pueblos y nadie pide responsabilidades ante esta clara negligencia», apunta José Ramón Prendes.
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Y asegura que «el responsable del embalse de Soto de la Barca avisó al alcalde de que tenía que abrir las compuertas. Pero eso lo hacen mucho. En Trubia vi cómo el río subía y bajaba de nivel cada poco y eso era porque estaban soltando agua del pantano de Proaza. Esto es un desastre».
Elisa González también está acostumbrada a estas inundaciones, aunque su casa sólo se había visto afectada en tres ocasiones, porque está un poco más elevada que las del resto del pueblo. En esta ocasión no se libró. El agua alcanzó más de metro y medio sobre el nivel de su jardín. «No contábamos con tanto», apunta, «porque de siete a once de la mañana el agua subía poco. A la una de la tarde fue impresionante, cuando abrieron el embalse. Además, ves que el agua sube escalón a escalón por la puerta de entrada y no puedes hacer nada».
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Varios meses de limpieza
Como muchos de sus vecinos, aprovechaba las horas de sol de ayer para tratar de secar sus enseres. Asume Elisa González que «tendremos que limpiar varios meses, porque aunque parezca que lo has limpiado todo, vuelve a aparecer un polvo rojo. Por otro lado, están las cosas que hemos perdido, como la lavadora o la calefacción».
Esta vecina reconoce que las autoridades avisaron de la crecida, «pero ya era tarde. Casi no podíamos pasara por la carretera. Vinieron avisando con un altavoz para que nos fuéramos». Pero tiene palabras de agradecimiento para los equipos de emergencias: «Fueron maravillosos, muy atentos, tanto el Ejército como los demás servicios que vinieron».
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