Villaviciosa recupera la marquetería
Los alumnos del taller de taracea reclaman un local para trabajar con muebles grandes y crear un colectivo La artesana Lola Lozano es la única en Asturias que imparte esta modalidad
LYDIA IS
Domingo, 19 de febrero 2012, 03:37
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«Es más relajante que el yoga». En realidad, no se trata de ninguna terapia de relajación, si no de un arte milenario. Y es que la taracea y la marquetería han cautivado a los seis alumnos del taller de Villaviciosa que desde el año pasado practican esta técnica artesanal de incrustación que consiste en el revestimiento de muebles, esculturas, paredes y cualquier tipo de objetos con un resultado final que da la sensación de estar pintado.
Nada más lejos de la realidad. Siempre se trabaja del revés, con chapa de madera de 0,6 milímetros de espesor , con un bisturí quirúrgico para recortar las piezas previamente tostadas. «Hace un corte perfecto», asegura Lola Lozano, artesana residente en Villaviciosa, encargada de impartir el taller y, en la actualidad, la única profesora de la especialidad en Asturias. «Es un arte que se ha ido perdiendo, pero es hora de recuperarlo», anuncia.
Y para ello, el primer paso es la mudanza. Actualmente, el taller se imparte en la Casa de Encuentros de Mujeres de Villaviciosa, pero no deja de ser un aula común que podría albergar también una reunión y una clase de inglés. «Necesitamos un local más grande, donde puedan hacerse muebles más grandes y, quien sabe, si la gente se anima hasta constituir una asociación», comenta.
Una idea que los alumnos han acogido con gran entusiasmo. «Es laborioso, pero el resultado compensa», señala Teresa Mieres. Otra Teresa, Castiñeiras, también ve con buenos ojos el traslado. «Lola da clase también en Careñes y Turón, lo bonito sería juntarnos un día todos», comenta.
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En la actualidad, los seis alumnos del taller están confeccionando un monográfico sobre meninas que expondrán en mayo. «Es difícil encontrar los materiales, aquí en Asturias no los hay, tengo que pedirlos a Madrid», reconoce Lozano. Pero las dificultades no impiden que todos los lunes y miércoles, de 19.30 a 21.30 horas, la concentración y el compañerismo se adueñen del taller. «Animamos a todo el que le apetezca, que lo pruebe; empiezas y no puedes parar», señala Yolanda, otra de las alumnas.
Las primeras reseñas sobre la taracea y la marquetería se remontan a la época sumeria en Mesopotamia, en el año 3000 antes de Cristo. También la usaron los romanos y la dinastía Ming, en China. Y en España, según explica Lozano, la introdujeron los árabes. «Se utilizaba sobre todo metal y nácar y en la actualidad se mantiene en Granada». De hecho, taracea procede de la palabra Tarsia, que significa incrustación. «Y los reyes de Francia Luis XIV y Luis XV fueron los encargados de darle realce porque querían que todos los muebles la tuvieran».
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