El último hallazgo de la comarca

Aún no se puede hacer una estimación exacta de su magnitud pero todo apunta a que el nuevo yacimiento descubierto en la localidad riosellana de Cuerres es el último eslabón en una saga de importantes hallazgos prehistóricos en la comarca oriental. Novedades respecto a la nueva cavidad riosellana hay pocas. La finca privada que alberga el posible tesoro, de nombre La Ruxidora, ha sido lugar de peregrinación contínua durante las últimas jornadas. Los curiosos han preguntado a los vecinos por la ubicación, han roto la valla del terreno en repetidas ocasiones, pero en ningún caso han conseguido dar con la localización exacta de la cueva cuaternaria. Y es que ya lo adelantaban tanto los propietarios de la finca como el paleontólogo de la Universidad de Oviedo encargado de los estudios, Diego Álvarez Lao, el nuevo yacimiento es muy difícil de encontrar.

Como adelantaba el pasado sábado EL COMERCIO, los hermanos Pedro y Alejandro García se encontraron por sorpresa con un sospechoso hueco en el suelo, mientras realizaban movimientos de tierra con una pala excavadora. Una vez dentro de la galería pudieron admirar los restos, cráneos y enormes huesos en perfecto estado de conservación, que hacían presagiar que aquel hueco en el terreno albergaba notables restos del pasado.

Álvarez Lao encabeza el equipo de investigación de este nuevo hallazgo, aunque en este momento no se están llevando a cabo muchos avances. Trabajan en la conclusión de un proyecto pormenorizado para obtener el permiso de explotación por parte del Principado con el que iniciar de forma efectiva las excavaciones. El paleontólogo es casi quien más teme a la popularidad de este descubrimiento, ya que una posible inclusión de unas manos inexpertas podría dar al traste con el descubrimiento. Por este motivo los propietarios esperan que el Ayuntamiento proceda en los próximos días a cerrar debidamente del acceso a la galería subterránea.

Sería uno más de los importantes yacimientos destapados en la comarca, que han servido de referencia para estudios internacionales y que convierten al Oriente en un destino prehistórico por excelencia. Y como ejemplo basta con dar nombres. Tito Bustillo, la cueva del Sidrón, El Pindal, El Buxu, La Covaciella, la cueva de Coimbre, La Peruyal, La Güelga, etcétera. Todas han desvelado (o están en ello) aspectos interesantes sobre el pasado de esta tierra, ya sea con hallazgos óseos o con pinturas rupestres.

La cueva de Tito Bustillo podría concebirse como la madre de todas las cavidades orientales. Y se podría decir más. De elaborarse un ranking con las mejores cuevas paleolíticas del mundo, la riosellana estaría sin dudarlo en el top 5. Sus representaciones artísticas y la documentación que han aportado y están aportando los diferentes hallazgos, han arrojado luz al estudio de la época en la que fue habitada esta caverna. Un reciente estudio dató las pinturas de Tito Bustillo como las más antiguas de la cornisa cantábrica, con 35.000 años de antigüedad, sólo superadas por los grabados de la cueva de El Castillo, en Puente Viesgo, Cantabria. Los riosellanos siempre han criticado que a este yacimiento le ha pasado factura la falta de promoción a nivel nacional que no se ha logrado solventar pese a la construcción del Centro de Arte Rupestre. La cueva de Tito Bustillo fue incluida en 2008 en la lista del Patrimonio de la Humanidad. Cada año es disfrutada por miles de visitantes pese a las restricciones que existen para limitar el número de personas que acceden a la cueva.

También era destacada por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad la cueva de El Pindal. Situada en la localidad ribadedense de Pimiango fue la primera de las cavernas rupestres descubiertas en Asturias, allá por el año 1908. Se estima que el material artístico de El Pindal fue realizado en distintos momentos magdalenienses, y probablemente más antiguos, a lo largo de un tiempo amplio entre hace 13.000 y 18.000 años. Uno de los más importantes hallazgos fue un canto rodado con una banda roja perimetral, encontrado en 1957 durante unos trabajos de acondicionamiento, que se encuentra actualmente en el Museo Arqueológico de Asturias.

Piloña también tiene su propio yacimiento, no exento de polémicas. En la cueva del Sidrón se han encontrado ya más de 1.100 fragmentos de huesos de hombre del Neandertal pertenecientes a 13 individuos. Por ello es considerado el yacimiento más prolífico de la Península Ibérica. A pesar de estas grandes razones, el municipio no ha sido capaz de conseguir un espacio museístico para poner el valor todos esos hallazgos.

Restos animales

Por rememorar un descubrimiento de similares características al de la finca de La Ruxidora, se puede mencionar el fósil de rinoceronte lanudo de la cueva de La Peruyal, en el municipio de Onís. 45.000 años después de que viviese aquel animal, y cubierto por una película de agua, helada y cristalina, que facilita su conservación, se encontró lo que en un principio se creyó que era el esqueleto fosilizado de un oso, pero que más tarde se pudo demostrar que se trataba de otro ser. Esta caverna abría sus puertas al público este verano y aún queda una semana para poder conocer, tras el cierre, los datos de visitantes.

Por sorpresa también salió a la luz una espectacular cueva en Vidiago, fruto de las voladuras de la obra de la A-8 entre Unquera y Llanes. A pesar de contener restos de animales prehistóricos, impresionantes estalactitas, estalagmitas y otras formaciones geológicas, la Administración permitió que fuera tapada para dar continuidad a los trabajos en el vial. Un caso parecido fue el descubrimiento de La Covaciella, en Cabrales, cuya aparición sí obligó a modificar el proyecto de ampliación de la carretera Nacional. Pinturas rupestres de una enorme belleza fueron las culpables de esta decisión.