Bancos y cajas de ahorros cerraron 91 oficinas en Asturias en cinco años
Las seis grandes entidades financieras copan el 58% del mercado asturiano con 431 sucursales abiertas
DIANA DE MIGUEL
Domingo, 29 de diciembre 2013, 01:23
El mapa financiero español ha cambiado de forma radical desde que en septiembre de 2008 se desplomó el banco estadounidense Lehman Brothers. El sector, que entonces estaba integrado por 45 cajas de ahorros y 53 bancos, ha quedado reducido a 16 organizaciones financieras grandes y medianas. Han desaparecido casi 8.000 oficinas, el 17,66% del total, y cerca de 40.000 puestos de trabajo, el 14,57%, lo que ha transformado el panorama bancario comunidad tras comunidad. En Asturias, pese a que no se han registrado recortes tan significativos como en otras autonomías, entre 2008 y 2012, un total de 91 sucursales echaron el cerrojo, un 11,4% del total, pasando de las 834 oficinas con las que contaba la región al cierre de 2008 a las 739 con las que concluyó 2012, según la estadística de la patronal CECA y la Asociación Española de Bancos (AEB). El dato no incluye las cooperativas de crédito, cajas rurales y otras entidades menores, que a nivel nacional han pasado de 54 a 14.
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El grueso de los cierres, 51, se ha producido en el sector de las cajas de ahorros donde Cajastur, la entidad de referencia en Asturias, ha sido protagonista de algunos de los principales movimientos que ha vivido el sector en los últimos años. Según datos oficiales de la CECA, la entidad asturiana era en 2009 la caja más rentable de España, con una rentabilidad sobre activos totales (ROA, en términos técnicos) del 1,05%, superior a las cajas vascas, a La Caixa y a Unicaja, por citar a alguna de las entidades más relevantes. Ese año, con 15.000 millones de euros en activos, sorprendió a todos al ser elegida por el Banco de España para hacerse cargo de la Caja Castilla-La Mancha (CCM), que había sido intervenida meses antes. Daba así el primer paso de la incipiente reestructuración de las cajas impulsando la transformación de estas entidades en bancos en un proceso que entonces era pionero, pero que terminó consolidándose hasta el extremo de que ya solo existen en España dos pequeñas cajas de ahorros: Caixa Ontinyent y Colonya Caixa PollenÇa. Apenas un puñado de regiones (Galicia, Aragón, Andalucía, Cataluña y País Vasco) han logrado conservar su capital financiero. En la mayoría de las autonomías sus antiguas cajas han terminado convertidas en bancos que ahora tienen sus sede social en Madrid. Es el caso de la asturiana Cajastur, que hoy convertida en el banco Liberbank, controla 194 de las 329 oficinas que tiene el sector de las cajas de ahorros en el Principado. Al cierre de 2008, solo Cajastur disponía de 212 oficinas en el Principado lo que da buena muestra del ajuste realizado.
Las plantillas también han menguado, aunque en un porcentaje inferior. Si en 2008 la banca daba empleo en el Principado a 2.294 personas actualmente, tras el cierre de 40 oficinas, emplea a poco más de 2.000, según la AEB. El ajuste ha sido mayor en el sector de las cajas, con una pérdida estimada de empleo en cinco años de 400 trabajadores. Un dato, que no obstante, no incluye todas las prejubilaciones que se han llevado a cabo en el sector.
España fue en 2007 el país del mundo con más bares por habitante -un local por cada 132- y , también, el primero en oficinas, con 9,6 por cada 10.000 habitantes, según Funcas. Hoy hay 7,9 sucursales por cada 10.000, 3,3 más que la media europea (4,6). El 'boom' se produjo entre 2000 y 2008, al calor de la burbuja inmobiliaria y sobre todo en las cajas. Pero un cúmulo de factores están contribuyendo a que el sector se encoja y a que España, y por ende Asturias, la cuarta comunidad con menos sucursales de todo el país, se esté desbancarizando y lo vaya a seguir haciendo en los próximos meses. Por un lado, la crisis, que está empujando al sector hacia la concentración. Las seis grandes entidades financieras (CaixaBank, Santander, BBVA, Bankia, Sabadell y Popular) copan ya el 58% del mercado en Asturias con 431 sucursales abiertas y 21.215 en toda España. Por el otro, la propia reestructuración, que provocó que varias cajas de ahorros en quiebra fueran absorbidas por entidades sanas, redimensionando así sus redes en la búsqueda de sinergias y ahorro en los costes.
Las más castigadas
Las regiones más castigadas por el cierre de sucursales bancarias han sido las que tenían cajas que terminaron nacionalizadas: Cataluña, Galicia, Comunidad Valenciana, Murcia y Madrid. A Bankia, la troika le obligó a cerrar 1.138 oficinas, un tercio de su red. Pero el ejemplo más claro del proceso de adelgazamiento que se está viviendo en el sector está en Cataluña. Antes de empezar la crisis había una docena de entidades (entre bancos y cajas). Ahora quedan tres: Caixabank, el Sabadell y Catalunya Banc. Esta última, nacionalizada por el FROB, tiene los días contados. La otra cara de la moneda la ofrecen Caixabank y Sabadell, que están entre las entidades que más han aprovechado la crisis, con fuertes crecimientos vía adquisiciones baratas.
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El último de los movimientos que desde hace meses sacude al sector fue la adjudicación al grupo Banesco, del asturvenezolano Juan Carlos Escotet, de la entidad resultante de la fusión de las desaparecidas cajas gallegas Nocaixa y Caixa Galicia. Así, tras hacerse con el 88,3% de Novagalicia Banco (NCG), el grupo que opera desde julio en el Principado a través del Banco Etcheverría, pasará a controlar en Asturias una red de 14 oficinas y 61 empleados.
La crisis financiera ha conllevado además de una concentración mayúscula del sector financiero nacional, con la desaparición de muchos competidores y la simplificación del número de operadores, la aparición de nuevos espacios y segmentos de mercado que está permitiendo a los grandes grupos supervivientes levantar expectativas de expansión. No solo en España, también en el extranjero. Es el caso de bancos como el Popular y el Sabadell que han aprovechado la entrada en su capital de banqueros latinoamericanos para tomar posiciones en entidades financieras implantadas al otro lado del Atlántico y que son o eran propiedad de esos mismos inversores.
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El Sabadell, que opera en Asturias bajo la marca SabadellHerrero, se ha convertido en uno de los bancos sistémicos del país tras la absorción, el pasado año, de la antigua Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) y, posteriormente, del Banco Mare Nostrum (BCM). Acaba de comprar el JGB Bank, de Miami, al banquero colombiano Jaime Gilinski Bacal, mayor accionista del banco catalán desde el 13 de septiembre. El Popular adquirirá el próximo semestre el 25% del banco BX+, controlado por los asturmexicanos del Valle, que este mes se convertirán en los segundos mayores inversores del banco madrileño.
La concentración de sedes también ha provocado un efecto claro sobre las necesidades de financiación: según los últimos datos del Banco de España, el 46 % del crédito a empresas y familias se concede desde Madrid y Barcelona. En apenas cinco años, la recentralización del crédito ha crecido un 7%. Esto, en la práctica, quiere decir que casi la mitad de los préstamos que se otorgan hoy en España se conceden a empresas de Madrid o de Cataluña. Y ahí está la sede social del 85% del negocio bancario español.
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