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Carlos González, José María Pertierra, José Manuel Caldevilla, Carlos San Martín, Amparo Brea y Pedro Bendala, en la reunión.

AENA rellenará la vaguada y gastará más para evitar el recorte de la pista

Pone fin a la guerra con el Principado presentándole una obra de 4 millones, más larga y que obliga a desconectar el sistema antiniebla de 6 a 12 meses

RAMÓN MUÑIZ

Sábado, 12 de marzo 2016, 02:51

Cambio en las formas y el fondo. AENA, el gestor de los aeropuertos españoles, presentó ayer al Principado la obra que adaptará la terminal asturiana a las nuevas exigencias de seguridad dictadas por la Unión Europea. La sociedad pública aparca definitivamente su intención inicial de reducir en 150 metros la superficie operativa de la cabecera principal, una intentona que soliviantó al Ejecutivo regional, el parlamento, los sindicatos y los pilotos.

Para recuperar la paz social, AENA asumirá un proyecto más costoso. Consiste en actuar directamente sobre los postes del Instrumental Landing System (ILS), el sistema antiniebla de la terminal. Estos aparatos dan respaldo al piloto, comunicando al radioaltímetro la altura a la que vuela el aparato, un dato crucial en condiciones de baja visibilidad.

El reglamento europeo insta a retirar en un radio de 300 metros de las cabeceras todos los elementos no frangibles, esto es, incapaces de quebrarse en caso de contacto con el fuselaje de un avión. Los postes actuales están a 175 metros y son rígidos, lo que obligaba a tomar una decisión al respecto. Podían ser alejados en una vaguada que debía rellenarse; era eso o dejarlos tal y como están y que fueran los aviones los que cambiasen su operativa, alejándose de la zona de conflicto y tomando como cabecera un punto más al interior de la pista. La primera alternativa exigía cuatro millones, para la segunda bastaban 1,2. Sin avisar al Principado, AENA licitó la barata y desató la caja de los truenos.

Un recurso fallido ante el Tribunal Supremo, cascadas de reproches en la Junta General y un cambio en los requisitos de seguridad comunitarios después, AENA decide cambiar su posición. Ayer una delegación de sus directivos compuesta por el director de la terminal, Carlos San Martín, el del grupo II de aeropuertos, Pedro Bendala, y la responsable de Planificación y Medio Ambiente del grupo, Amparo Brea, acudieron a la Consejería de Infraestructuras y Medio Ambiente para reconducir la situación y presentar su solución definitiva. La nueva obra tiene una factura estimada entre los 2,5 y los 4 millones, pero ya no sacrifica longitud de pista.

Finalmente AENA opta por desconectar los postes de la discordia, retirarlos y trabajar en la vaguada. En ella ejecutará un movimiento de tierras de entre 35.000 y 250.000 metros cúbicos, para rellenarla parcialmente. Una vez afianzados los muros de contención de hasta nueve metros de altura, se obtendría una superficie nivelada de 6.000 metros cuadrados. Ahí, más lejos de la pista, se ubicarán unos postes nuevos, más cortos, de una altura inferior a los 12 metros, y que esta vez sí, se fabrican con materiales que rompan fácil si los golpea el avión.

Además de una factura mayor, la operación tiene otras desventajas. Para empezar, requiere superar un trámite de consulta pública y obtener el visto bueno de la consejería. Las labores afectarán directamente al tráfico aéreo de la terminal, pues implican la desconexión del ILS entre seis y doce meses, cuando en el esquema anterior solo bajaba la guardia un mes.

Plazos ajustados

Las obras, que antes se despachaban en 10 meses, durarán ahora entre 10 y 18. Es un calendario ajustado, pues la normativa comunitaria exige que el aeropuerto se haya adaptado a sus requisitos técnicos antes de finales de 2017. Las terminales que para entonces no tengan los permisos en regla deberán cesar en sus operaciones. A AENA le urge por tanto apretar el acelerador y no perder tiempo para sacar a información pública el nuevo proyecto, obtener los permisos, licitar la obra, adjudicarla y ejecutarla.

La delegación de la empresa pública fue recibida por el director general de Infraestructuras, José María Pertierra. Desde la consejería transmitieron su satisfacción por la renuncia al recorte de la pista y el hecho de que ahora sea consultada. Infraestructuras se comprometió ahora a analizar el proyecto.

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