«Va a ser el final de una pesadilla»
Los regidores destacan que la A-8 va a traer comodidad a vecinos y conductores, aunque lamentan la pérdida de puestos de trabajo
TERRY BASTERRA
Lunes, 29 de diciembre 2014, 00:26
El final de la construcción de la autovía del Cantábrico en el extremo oriental de Asturias era una noticia más que esperada por los vecinos de la comarca, en especial por los de Ribadedeva y Llanes, los dos municipios que durante los últimos años han sufrido las obras. En mayor medida durante el verano y las principales fiestas por culpa de los grandes atascos que se generaban en la N-634 para salir de la región. Ahora, a un día para que se abra el último tajo de la A-8 a su paso por el Principado, los alcaldes de estos dos concejos valoran estos años de molestias y el nuevo escenario que se abre a partir de mañana para el extremo Oriental de Asturias.
El alcalde de Ribadedeva, el socialista Jesús Bordás, destaca que la de mañana «es una fecha histórica porque se acaba la A-8 en Asturias». «Para Ribadedeva supone además estar unida a Asturias de una manera correcta y no como hasta ahora», destaca el regidor. Y es que los vecinos de este municipio han tenido que recorrer durante muchos años varios kilómetros por la carretera N-634 para poder tomar la autovía en Llanes si querían dirigirse al centro de la región, o si necesitaban acudir al Hospital Grande Covián para ser atendido de una cuestión sanitaria.
«Va a ser el final de una pesadilla. Ha sido una macro obra que ha generado muchas molestias, ya que pasa junto a varios núcleos del concejo. Hemos tenido la suciedad de los camiones, el ruido y los problemas que han causado las voladuras y las perforaciones, los trastornos circulatorios que han generado los atascos... Los vecinos de Ribadedeva hemos demostrado mucha paciencia con esta obra», destaca Bordás.
El final de los trabajos genera un sentimiento agridulce en el alcalde. Por un lado están todas las ventajas que supone tener acabado el La Franca-Unquera, pero por otro, con la conclusión de las obras también se pone fin a una importante fuente de empleo directo e indirecto en el municipio. Aunque también confía en que la A-8 ayude en el desarrollo industrial y comercial de este territorio.
«Revulsivo»
Desde el vecino municipio de Llanes también se valora positivamente el final de la autovía. «Esperamos que sea un revulsivo para todo el Oriente. Que sirva para que la gente que entra por el Este de Asturias ya no se encuentre con una carretera tercermundista e incómoda. Considero que había gente que se echaba para atrás a la hora de visitarnos, sobre todo en los puentes. A partir del martes van a poder venir con más tranquilidad», destaca la alcaldesa llanisca, la también socialista Dolores Álvarez Campillo.
La regidora destaca que con la conclusión de la A-8 -el tramo La Franca-Unquera es un tajo del Llanes-Unquera que se ha ido abriendo progresivamente en los últimos años-, «los conductores que tenían que circular por ese tramo de la nacional ganarán en tranquilidad, en especial durante el verano, que se formaban unos atascos infernales».