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En el desfile desde el barrio de La Linde hasta la plaza de Manuel Ibáñez participaron decenas de personas caracterizadas como indianos de los siglos XIX y XX.
Colombres, la capital de América

Colombres, la capital de América

El país andino desplazó a su embajador en España, Francisco Marambio, que dejó una bandera de su nación para que la guarde el Archivo de Indianos

GUILLERMO F. BUERGO

Domingo, 12 de julio 2015, 00:33

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Colombres celebraba ayer el día grande de la VIII Feria de Indianos, que en la presente edición está dedicada a Chile, país que desplazó hasta la capital del municipio de Ribadedeva a su embajador en España, Francisco Marambio Vial. Decenas de emigrantes asturianos de primera oleada al país andino y sus descendientes, en su mayoría procedentes del concejo de Peñamellera Baja, también estuvieron presentes en la plaza de Manuel Ibáñez para seguir con interés el homenaje a su país de acogida. Tampoco faltó Naida Fernández Pavez, descendiente de peñamellerano y presidenta de la Comunidad Asturiana de Santiago de Chile, un colectivo que acoge a más de 2.000 familias. A Naida le emocionó «ver juntas las banderas de España y Chile en el balcón del Ayuntamiento» y le causó tristeza que «en el Archivo de Indianos no haya una sala dedicada a Chile». Para reivindicarlo, acompañada por su embajador, le entregaba una monumental bandera chilena a Jesús Bordás, alcalde de Ribadedeva, quien se comprometió «a depositarla en el Archivo».

A mediodía, la plaza de Manuel Ibáñez, epicentro de los actos, se había convertido en un hervidero humano. De dar cauce a la oferta comercial y gastronómica se encargaban 48 tenderetes desde los que se vendían las más variadas mercancías: ropa y complementos, joyas y bisutería, artesanía popular, cuero y calzado, miniaturas y hasta libros.

La variada oferta gastronómica chilena fue presentada por las hermanas Isabel y Carmen Soberado, propietarias en San Vicente de la Barquera de La Taberna del Marqués, quienes quisieron hacer «un hermanamiento culinario entre Chile y las dos Peñamelleras». Del país andino ofrecían pastel de choclo (carne con maíz triturado); empanadas de pino (carne) y de queso y camarones; ayuyas (pan de mantequilla) y sopailillas (masa de calabaza acompañada de caramelo dulce), sin que faltara la tarta de chocolate y dulce de leche. De las Peñamelleras traían «quesos, mermeladas, sidra dulce, sobaos y pastas».

Uno de los habituales

Desde la localidad burgalesa de Pradoluengo acudió uno de los habituales, Alfonso de Benito, el hombre que organiza una feria de indianos en su municipio. El burgalés es defensor de todo lo cubano y se presentó con «café de Sierra Maestra; artesanía en maderas de caoba, cedro y maiaguá; pinturas, y complementos elaborados con huesos, nácar y semillas».

La asociación de artesanos de Ribadedeva exponía interesantes obras realizadas en maderas de castaño, nogal y cerezo. Reciben enseñanzas del cangués Fran Quesada, quien comentó que los diferentes trabajos «no están a la venta. Tienen un valor sentimental para los alumnos y ellos prefieren tenerlos en casa o regalarlos a familiares y amigos».

El puesto conocido como 'Carmen entre algodones' era uno de los más visitados. Lo regentaban Almudena Lobeto y Carmen Gutiérrez, con una amplia oferta orientada a «ropa de niños y bolsos étnicos, supermodernos y exclusivos».

La tribuna, a rebosar

El acto institucional de la inauguración oficial de la VIII Feria de Indianos se produjo cerca de las dos de la tarde con presencia multitudinaria en la tribuna de autoridades. Allí estaban el embajador de Chile en España, Francisco Marambio; el senador Miguel Ángel González; la directora general de Emigración, Begoña Serrano; los alcaldes de Ribadedeva, Peñamellera Baja, Peñamellera Alta y Llanes, Jesús Bordás, José Manuel Fernández, Rosa Domínguez y Enrique Riestra, respectivamente; el cronista oficial de las dos Peñamelleras, Cecilio F. Testón; el párroco de Ribadedeva, Amador Galán; el vicepresidente del Centro Asturiano de Barcelona, Luis Fernández Posada, y el juez de paz y alcalde de Colombres, Lucas Posada, entre otros muchos.

En la presente edición le correspondía pronunciar el pregón a Luis Ibáñez, presidente de la Asociación Deportiva Ribadedeva, el equipo de fútbol del concejo. Ibáñez valoró que la jornada de ayer era de vital importancia para «celebrar la fiesta de la emigración, una historia de ida y vuelta que sirve para poner en valor los lazos que nos unen y unieron con ultramar». Aprovechó la ocasión para entregar una camiseta del Ribadedeva al embajador de Chile y dos placas a los socios más veteranos del club, Ramón Díaz Obeso, de 91 años, y Antonio Álvarez Boeta, de 90, que «a pesar de su avanzada edad no se pierden ni un partido», matizó Ibáñez.

Especialmente «feliz» se encontraba en aquellos momentos Pedro Vega Soberón, nacido en la localidad peñamellerana de Narganes y emigrante a Chile en 1950. Hoy cuenta con seis hijos, 22 nietos y doce bisnietos a quienes inculcó «los bailes y las canciones asturianas y a tocar la gaita». Regenta en la ciudad de San Fernando una importante empresa, Moneglia, dedicada a la elaboración y venta de «panadería, pastelería y helados». Y se marchó diciendo que «el Archivo de Indianos está cojo en relación a Chile».

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