La mejora de espacios en el puerto a través de cinco proyectos

El arquitecto José Ramón Fernández Molina aboga por la actuación en el área portuaria, como una buena forma de aportar valor a la propia ciudad.

¿Cuáles deben ser los fundamentos de la marca 'Ría de Avilés'?

Lo primero, darle valor como espacio de oportunidad. Revisar las piezas, la tradición industrial, la culturas, la situación estratégica dentro de la región, el acceso al aeropuerto, las buenas comunicaciones, la expectativa futura del AVE. Hay que formatearlo todo para concretar una buena expectativa de futuro. Y hay que tener un plan B por si mañana alguna de las grandes industrias opta por marcharse. Por eso hay que insistir en que éste debe ser un espacio que requiere un gran acuerdo de las Administraciones públicas.

¿Y los principales actores?

El Ayuntamiento de Avilés y el Principado. Los demás son primos carnales muy cercanos e importantísimos, como el puerto.

Usted ha participado en algún proyecto en el puerto e insiste en la importancia de ir sumando proyectos y sinergias.

Sí, ha habido una serie de actuaciones que ayudan a mejorar físicamente el espacio y esa suma de sinergias a la larga redunda en una mejoría notable del espacio portuario y el de la propia ciudad.

¿Cuáles han sido esos proyectos?

Pues ahí hay que reseñar el de Sergio Baragaño para la gran nave de almacenamiento de ArcelorMittal en el muelle de San Agustín; el Centro Niemeyer lógicamente; y el proyecto, en el que yo he participado, para dotar a Asturiana de Zinc de una nueva nave de almacenamiento de minerales, que ha dejado satisfechos a todos. Y quedan otros dos, que fueron presentados, pero que no han podido llevarse a la práctica por una serie de motivos. Por un lado la fábrica de hielo y por otro la iglesia de San Juan de Nieva.