La demolición de las baterías de Gijón continúa paralizada
La multinacional espera retomarla en mayo y comenzar a construir las nuevas una vez el Principado apruebe el estudio de impacto ambiental
AIDA COLLADO
Jueves, 27 de abril 2017, 01:11
ArcelorMittal prevé retomar la demolición de las baterías de cok de Gijón -que ya había iniciado a finales de marzo cuando recibió la licencia municipal- solo cuando el Principado dé luz verde al estudio de impacto ambiental. Será, estima la multinacional, a principios de mayo, una vez la administración regional haya analizado un informe de la Confederación Hidrográfica. Desde que se paralizó el derribo del refractario, los operarios del gigante del acero se ocupan en trabajos de ingeniería y desmantelamiento de las instalaciones y de reacondicionamiento, que en un principio iban a solaparse con la demolición de los noventa hornos que componen las baterías de Gijón.
Las obras servirán, según defiende ArcelorMittal, para aplicar las mejores técnicas disponibles en materia de Medio Ambiente para la fabricación de cok. Algo de capital importancia si se tiene en cuenta que las baterías de Avilés no se desactivarán hasta que se pongan en marcha las nuevas instalaciones gijonesas. Si se cumplieran los plazos previstos, el deshornado de la primera de las dos flamantes baterías se produciría en 2019, momento en el que comenzaría la cuenta atrás para el apagado de las avilesinas.
Tratamiento biológico
Para reducir los efectos contaminantes de las nuevas baterías de Gijón se pondrá en funcionamiento una planta de tratamiento biológico de aguas residuales, que permitirá a la multinacional tratar por completo sus residuos sin necesidad de transportarlos a la factoría de Avilés como ocurría antes.
Además, se realizarán importantes mejoras en las instalaciones de lavado de gas de cok que, recoge el documento, redundarán en «una mejora medioambiental en su utilización como combustible», y se buscará un «óptimo aprovechamiento» de los diferentes subproductos generados por las baterías. También se estrenará un sistema de captación de polvo de deshornado que, según reconocen los sindicatos de la compañía, «es fundamental para que no se creen nubes contaminantes y hasta ahora no lo había».
El objetivo de recuperar la capacidad de producción inicial de la coquería -sin actividad desde 2013- infringiendo el menor daño posible al terreno ha llevado a Arcelor a abordar su renovación casi absoluta. La compañía solo conservará la estructura de la obra civil y, según defiende, casi todo lo demás será nuevo. De este modo, se añadirán equipos con los que antes no contaba: una planta de desorción de NH3 y SH2, una de craqueado de amoníaco y azufre elemental, una de agua amoniacal fuerte, una de generación de vapor, un equipo de agua desmineralizada y nuevos equipos de agua refrigerada, además de la depuradora biológica y el sistema de capatación de polvo .
No es la única inversión prevista por la compañía. Arcelor implantará también un nuevo sistema de electrofiltros a finales de 2017 en la acería de Gijón, que costará más de cinco millones de euros.