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Un grupo de participantes en la yincana, ataviadas para la ocasión a las puertas del Palacio de Revillagigedo.

De la punta Lequerica al Malecón

Las calles de Gijón reviven en una yincana La Habana de Leonardo Padura, Premio Princesa de las Letras

PABLO ANTÓN MARÍN ESTRADA

Domingo, 18 de octubre 2015, 00:45

Como saben todos los playos de buena estirpe la punta de Lequerica limita al oeste con el Malecón de La Habana, Atlántico mediante. Ayer Lequerica y el Malecón estuvieron más cerca que nunca, unidos a través de las palabras de Leonardo Padura, Premio Princesa de Asturias de las Letras 2015.

La Fundación que lleva el nombre de la heredera del trono ha querido homenajear al escritor cubano llevando sus textos por diversos espacios del Gijón histórico en una yincana organizada por Aventuras Literarias y en la que colaboraron artistas como Marco Recuero, Cristina de Silva, Nacho de la Vega o Ramón Prada. Ocho lugares emblemáticos de La Habana descrita por Padura en su ciclo de novelas protagonizadas por el expolicía y librero de viejo Mario Conde tuvieron su correlato en otros tantos espacios de la ciudad. En cada uno de ellos una pregunta qué resolver y una ventana abierta a los ocho relatos del ciclo: 'Pasado perfecto', 'Vientos de cuaresma', 'Máscaras', 'Paisaje de otoño', 'Adiós Hemingway', 'La neblina del ayer', 'La cola de la serpiente' y 'Herejes'.

En el lugar del partida, el Palacio de Revillagigedo, sendos cadillacs del año 1949 y de 1955 (éste último, utilizado por Ava Gadner durante su estancia en España) servían para introducirnos en esa Habana anterior a la Revolución cuyas huellas sentimentales persigue el detective Mario Conde desde el presente. Desde la hora de comienzo de la yincana, a las 11.30 de la mañana hasta pasadas las 14.30 en que concluyeron su periplo los últimos grupos, de allí salieron los algo más de dos centenares de ciudadanos que participaron en la carrera literaria.

El Náutico era el primer espacio dónde comenzar a resolver los distintos enigmas planteados. Una carpa neumática recreaba a pequeña escala el estadio del mítico equipo de béisbol Almendares Alacranes, con auténticos bateadores de la Federación Asturiana de este deporte ataviados con los uniformes originales del conjunto deportivo habanero. Mario Conde y uno de los protagonistas de 'Herejes', Daniel Kaminsky, comparten con el propio Padura la afición por el equipo, fundado en 1878 y pura literatura hasta en su lema: «El que gane al Almendares se muere».

El local de la antigua Perfumería Asturiana de la Calle Munuza albergaba una reconstrucción de la vivienda del Conde, con sus anaqueles llenos de libros viejos y en la que no faltaban ejemplares de la revista 'Bohemia' o del 'Diario de la Marina', junto a un single de Los Beatles. En la capilla de La Colegiata se proyectaban imágenes en blanco y negro de La Habana y de La Calzada del Cerro -barrio natal del detective- en un trabajo de Cristina de Silva con ambientación sonora de Ramón Prada.

La cuesta del Cholo y la explanada del muelle eran los siguientes espacios en los que buscar respuestas, para dirigirse a Lequerica y desde allí al Fuerte Viejo, convertido en el rincón del Bosque de La Habana en el que apareció el cadáver de un travesti en la novela 'Máscaras'. La Biblioteca de la Casona de Jovelllanos cobijaba el último misterio: un bolero de la cantante Violeta del Río, protagonista de 'La neblina del ayer'.

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