Alejandro Sanz tira de ternura
pablo antón marín estrada
Viernes, 7 de agosto 2015, 00:36
Con un potente chorro de buen sabor llenó ayer Alejandro Sanz el Palacio de Deportes de Gijón en la gira de presentación de su disco 'Sirope'. El cantante madrileño deleitó a su público -unas 5.000 personas- con una nutrida muestra de temas del nuevo álbum y de todo su repertorio, en una noche en la que no faltaron clásicos como 'No es lo mismo', 'Amiga' y, por supuesto, la coreadísima 'Corazón partío'.
Nuestra ciudad era la cuarta que visitaba tras el inicio del Tour Sirope el pasado 29 de julio en Córdoba y tras pasar por Algeciras y Roquetas del Mar. Sanz abrió su concierto gijonés con un tema de su último trabajo: 'El silencio de los cuervos'. Saludó al público para añadir que aquí tenía «grandes amigos» y que el que empezaba iba a ser «un concierto especial», para después recomendar a su público: «Haced lo que queráis, bailad, abrazaos, disfrutad del concierto». Continuó con un bloque de canciones, pertenecientes también a 'Sirope' como 'A mí no me importa', 'No madura el coco' o 'Tú la necesitas'. Con 'Hasta cuando' el público empezó a corear con él los temas más conocidos, y apenas dejaría de hacerlo a lo largo del resto de la noche.
El músico fue desgranando perlas de discos anteriores como 'Mi marciana' ante el entusiasmo del público, que tuvo sus momentos estelares cuando sonó un 'medley' que empataba 'Amiga mía' con 'Mi soledad' y 'Si fuera ella'. Los teléfonos móviles se alzaron al aire para responder a la ternura de la estrella. Otro momento de delirio -no puede definirse de otra forma- llegó al sonar los primeros acordes de 'Corazón partío'.
Después llegó el momento más emocionante del concierto -el que iba a hacerlo especial y diferente-, que tuvo lugar cuando Alejandro Sanz recordó desde el escenario a Fernando Fernández Gutiérrez, un joven avilesino que lo seguía con devoción, recientemente fallecido, y que tenía marcada en su agenda la fecha de ayer para acudir a ver a su ídolo. «Sé que tenía dos grandes pasiones, el Sporting y mis conciertos», explicó antes de dedicarle 'La música no se toca', tema en el que el cantante enarboló las banderas del Sporting y de Asturias en su recuerdo. Ya por la tarde había tenido otro detalle para él a través de Twitter, porque la muerte se lo llevó en febrero y no pudo acudir a Gijón a verle. Hubo también ternura cuando el cantante interpretó el tema que dedica a su hijo Dylan en su reciente disco: 'Capitán Tapón'.
Después llegarían las saltarinas 'Looking for Paradise', 'Zombie a la intemperie' -primer single de su último trabajo- o 'No es lo mismo' y otras canciones más íntimas como 'Lo ves', tocada al piano por el cantante. El madrileño -con raíces gaditanas- se despidió del público gijonés con 'A que no me dejas' y un nuevo poupurri compuesto por 'Viviendo deprisa' y 'Pisando fuerte'. Ovación y puerta grande.