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Benzema celebra su gol
El espíritu de la Copa acerca la 'décima'
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El espíritu de la Copa acerca la 'décima'

El Madrid dominó los espacios ante un Bayern previsible con el balón

Ignacio Tylko

Miércoles, 23 de abril 2014, 03:36

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Con el mismo espíritu e idéntico plan que ya le sirvieron para destrozar al Barça en la reciente final copera, el Madrid desmitificó a este Bayern de Guardiola, le superó al contragolpe e incluso pudo sentenciar la eliminatoria. Tendrá que sufrir, y seguramente mucho en el Allianz Arena, pero el sólido y solidario bloque forjado por Ancelotti está más cerca de la ansiada décima. Los muniqueses dominaron el balón pero los madrileños los espacios. Se equivocó Pep en la alineación y sólo Casillas tuvo que intervenir al final.

Con el técnico de Santpedor, el Bayern se ha convertido en una fotocopia borrosa del gran Barça. Dispone de peores jugadores para el toque sutil y preciso, ya que Lahm y Schweinsteiger no son precisamente dos medios excelsos. Se han paseado en la Bundesliga y pueden aún repetir el triplete logrado con Heynckes, pero parecen un equipo destensado.

Es más vistoso, pero no asusta como antaño. Más preciosista pero más blando y menos guerrillero. Más dulce, pero sin el rostro duro de Kahn, el orgullo de Matthaus o esos cuernos que sacaba Augenthaler y encendían esas batallas épicas ante el Madrid.

Contragolpe único

Si un adversario, por mucho campeón de Europa que sea, actúa con hasta nueve jugadores por delante del balón y lo pierde tontamente, el Madrid le destroza en tres pases. La zaga alemana es vulnerable, tanto por el costado de Rafinha como en el centro con Boateng y Dante. Escribir a toro pasado resulta sencillo, pero se echó de menos la presencia al principio de Javi Martínez, Götze y Müller que entraron durante la segunda mitad y con ellos fluyó más el juego.

Faltó en el once Bale por un proceso vírico que sólo le permitió jugar el último cuarto de hora en lugar del también mermado Cristiano, pero la entrada de Isco les dio a los locales un plus en el centro del campo, igual que ocurrió en la final copera. El malagueño estuvo espléndido a la hora de darle salida al balón y, lo mas meritorio en su caso, en las ayudas a Coentrao.

Es indudable que este Madrid ha experimentado un giro brusco desde ese duelo ante el Barça, similar al de anoche. Ha pasado del 4-3-3 al 4-4-2 y no se siente incómodo dominado. Su estado de ánimo, tan importante o más que el físico o técnico, se ha transformado. Ya no es el grupo débil que cayó en Liga ante el Barça y el Sevilla, sino un bloque compacto que, como bien explica Xabi Alonso, ataca y defiende junto.

Ancelotti propuso al aterrizar un juego más preciosista que Mourinho y vendió la idea de disfrutar de un equipo con iniciativa y gobierno de los partidos, pero en los momentos claves del curso ha sabido rectificar con astucia y ese perfil defensivo que al final adorna a todo técnico italiano. Le salió a la perfección la apuesta de esperarle atrás al Barça en Mestalla y golpearle al contragolpe, y repitió el planteamiento ante el Bayern. Dominio rojo, pero ocasiones blancas.

Se escuchaba ya algún murmullo desde la grada cuando, de repente, el Madrid realizó trazó una contra fantástica. Entre Isco, Cristiano, Coentrao -estupendo el pase del portugués tras levantar la cabeza- y Benzema, dibujaron una jugada espectacular. Un monumento al contragolpe. Ese tanto obró el milagro de trasladar las dudas. Si hasta entonces el Bayern era feliz sobando el balón, a partir de ese momento entendió el aviso de Guardiola en la víspera y concluyó que ni por asomo el Madrid es un rival de la Bundesliga ante el que se pueden descuidar la atención y los detalles. Como bien dijo Txingurri Valverde, cuando más lejos está del área, más cerca está del gol. Cuando los adversarios se sienten más seguros, más peligro apunta el equipo más laureado de la historia.

También como en Mestalla, el Madrid pudo irse al descanso con una diferencia enormeen el marcador. Los alemanes la acariciaban pero los españoles la rompían. En otra contra de manual, Benzema le ofreció un pase genial a Cristiano, que erró una ocasión pintiparada. Trató de asegurar con el interior del pie derecho y la mandó alta. Apareció poco el astro luso, que en todo el primer tiempo sólo intentó una vez, y casi al final, el disparo con la zurda. La otra opción de gol enorme se cerró con un disparo alto de Di María tras controlar con el pecho un centro bien tocado por Isco.

Disfrutó de menos ocasiones pero el Madrid supo defender algo más arriba en la segunda mitad. Guardiola intentó cambiar la dinámica con los tres cambios pero no era su noche. La mejor y única del Bayern la tuvo Götze, pero apareció entonces la figura de Iker para desviar un disparo cercano.

Varane supo suplir a Pepe tras su lesión y, en el tramo final, Ancelotti buscó más equilibrio con Illarramendi en lugar de Isco, ya agotado. Vista la ida, se comprenden en parte las críticas a Guardiola de los míticos Karl-Heinz Rummenigge y Franz Beckenbauer, directo general y presidente de honor del Bayern, respectivamente, por un fútbol que consideran contrario a las costumbres germanas.

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