Un Gran Premio para el duelo

Por primera vez desde hace 21 años, los pilotos de la parrilla de Fórmula 1 tendrán que disputar una carrera con un compañero recién enterrado. El fallecimiento de Jules Bianchi copa todo el protagonismo del Gran Premio de Hungría de Fórmula 1, una carrera en la que el piloto francés estará en la mente de todos. Los homenajes se sucederán, tanto de manera individual por parte de los pilotos como colectiva por parte de los equipos. Ferrari, por ejemplo, llenará el túnel de camino a su 'box' con mensajes de los fans, convirtiendo esos metros en una suerte de libro de condolencias. También desde la FIA han establecido el protocolario minuto de silencio minutos antes de la carrera del domingo, aunque conforme avance el fin de semana se irán sucediendo más y más homenajes.

Para Fernando Alonso será un fin de semana especialmente duro en lo emocional. El piloto asturiano estaba muy apegado a Jules Bianchi, y tanto le dolió su pérdida que ni siquiera tuvo fuerzas para ir al funeral de Niza. El español prefirió quedarse con lo que vio de su ex compañero en Ferrari en vida, atesorar su recuerdo y apoyar -como lo hizo- a la familia sin que le sacaran ni una foto. Por eso, cualquier buen resultado que consiga este domingo será el mejor homenaje posible que pueda hacerle a su buen amigo.

Sin embargo, el show debe continuar y continuará en un circuito que, si hay un poco de suerte, puede ser uno de los más espectaculares del año. La lluvia hizo su aparición el jueves, y a lo grande, anegando el 'paddock' del Hungaroring. Todas las previsiones apuntan a que los chaparrones pueden sucederse conforme avancen las sesiones, especialmente de cara al sábado. Las tormentas de verano en esta zona de Hungría son muy típicas, y puede ser un arma de doble filo para todos. Uno de los que está deseando que este fin de semana haya lío es Fernando Alonso.

El piloto asturiano es consciente de que en una carrera sin elementos externos poco o nada podrá hacer, pero este fin de semana contará con una ayuda extra. La FIA, en la última reunión del Consejo Mundial del Motor celebrada en México, acordó dar un motor extra a todos los nuevos motoristas en su primer año en la Fórmula 1 a partir de 2016, pero en el caso de Honda, y teniendo en cuenta el sufrimiento atroz que han pasado en este inicio de campaña, esta norma les beneficiará de manera retroactiva en este 2015. Esto implica, dicho en corto, que tanto Alonso como Button gozarán de una sexta unidad totalmente nueva y que no supondrá sanción alguna.

Bajan a Merhi en la FP1

Otro de los que esperan lío para el domingo, con lluvia a ser posible, es Roberto Merhi. El piloto castellonense es uno de los que mejor ruedan en condiciones de agua, y Hungaroring es uno de sus escenarios predilectos. Después de su enorme duodécimo puesto en Silverstone, la intención de Merhi es seguir demostrando que a él no le hace falta un maletín para abrirse paso en el Gran Circo, sino que su innegable talento es suficiente argumento.

Sin embargo, ese talento se queda corto en el actual contexto. Es por ello que este viernes Merhi tendrá menos trabajo del previsto, ya que su puesto en los primeros libres lo ocupará Fabio Leimer. El campeón de la GP2 en 2013 tendrá su primera oportunidad en Fórmula 1, después de aportar junto a su buen palmarés un aporte económico que es una auténtica ducha de maná para las arcas de Manor.

El otro español en pista -hay que remontarse a 2010 para ver a tres españoles en la parrilla de Hungría- será Carlos Sainz. El madrileño empieza a preocuparse por la mala racha que lleva: tres carreras consecutivas fuera de los puntos no es lo esperado. En un trazado tan corto y revirado como el magyar, Sainz pretende regresar a los puestos de honor y seguir sumando. Qué mejor forma de irse de vacaciones con buen sabor de boca y cerrar su primera mitad de temporada de Fórmula 1 con un notable muy alto.