«La espera para el salario social es de más de un año», afirman ambas entidades
CH. TUYA
Sábado, 30 de agosto 2014, 01:08
«¿Un año? Eso como mínimo. La espera para cobrar el salario social es de más de un año. La mayoría lleva año y medio a la espera». La Fundación Albergue Covadonga y la Fundación Siloé tienen claro que la estadística oficial de la Consejería de Bienestar Social y Vivienda, que fija en un año el mayor retraso para percibir la citada prestación, «no se ajusta a la realidad».
Tanto el director de Albergue Covadonga, Ramón Colunga, como el de Siloé, Pablo Puente, tienen experiencia diaria de que «son muchas las personas a las que damos asistencia que llevan más de un año a la espera de esta prestación».
Un salario al que tienen derecho todos los asturianos que no superen los 530 euros de ingreso mensual. En la actualidad, son 12.198 los perceptores de esta renta mínima, la cifra más alta registrada desde la puesta en marcha de la paga, en diciembre de 2005.
Tal y como adelantó EL COMERCIO, la lista de espera para cobrar el salario social supera en actualidad las 5.000 personas, una cifra que ha ido a más, pese a los continuos anuncios realizados por Bienestar de refuerzo del personal de tramitación.
Sin embargo, continúa sin ponerse en marcha el programa informático que, de acuerdo a lo asegurado también en repetidas ocasiones por la consejera de Bienestar Social y Vivienda, Esther Díaz, acabaría «con los retrasos», ya que «agilizará la tramitación de todas las peticiones». Una aplicación informática que sustituirá al actual programa Excel, la única herramienta de que disponen los trabajadores del departamento de salario social para gestionar la renta mínima.
Domicilio: albergue
El retraso se traduce en un mayor esfuerzo de los ayuntamientos y de las entidades sociales. Desde el de Gijón, se ha anunciado ya la ampliación de la partida reservada para las ayudas de emergencia, que supera los 2 millones de euros.
Para las entidades sociales, el retraso en la paga impide «el desarrollo personal de muchos usuarios, que no pueden comenzar a recuperar su autonomía, ya que carecen de recursos para poder mantener o encontrar una vivienda». El director de programas de la Fundación Siloé insiste en el mensaje que la entidad envía desde el inicio de la crisis: «Es necesario reforzar todos los mecanismos que eviten que los ciudadanos caigan en la pobreza».
Unos mecanismos que pasan por «tener un ágil salario social». En palabras de Ramón Colunga, «es muy difícil que te concedan un trabajo si das como domicilio un albergue».