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A. AUSÍN
Sábado, 21 de enero 2017, 01:26
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«Todos los conflictos vienen desde la integración del Botánico en Divertia. Hay una gran dejación de funciones que provoca problemas entre los trabajadores. En todo 2016 hubo dos reuniones con el gerente». Álvaro Bueno, conservador del Botánico desde 2003, no ocultaba ayer sus críticas tanto a Jesús Martínez Salvador como a Jorge González-Palacios, a quienes acusa directamente de «no poner orden» en el recinto. Según indicó, en el nuevo convenio pretenden imponer «unas condiciones inaceptables» al equipo científico que la Universidad «no va a firmar».
El banco de germoplasma
El director científico, Tomás Díaz, opinó que todo el conflicto se reduce a «una razón personal» que, añadió, le incluye a él, pues considera que si cuestionan a Bueno, «el más idóneo para su tarea», están haciéndolo al equipo entero. Díaz resaltó que la labor del equipo científico ha alcanzado en estos años reconocimiento internacional y advirtió de que su salida afectaría a proyectos europeos en marcha que podrían perder la ayuda, la presidencia de los botánicos iberoamericanos o el banco de germoplasma, cuyo titular es el Principado y podría «llevárselo a otra parte».
Pese al deterioro de las relaciones, Díaz mostró su deseo de un acuerdo in extremis en la reunión de la comisión de seguimiento del 31 de enero entre el Ayuntamiento y la Universidad. No en vano, el catedrático de Botánica recordó que tomó ya parte en el propio diseño global del recinto a través del Indurot, que marcó sus directrices, y también en el desarrollo de sus biomas. «En todo», resumió.
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