Urvisa ganó la parcela con un proyecto de un solo folio

El proyecto del polígono de Olloniego despertó muchas expectativas. La subvención de los fondos mineros daba como resultado un 'precio de derribo': 33 euros el metro cuadrado. Sobre la mesa del equipo de gobierno se amontonaron muchas más peticiones que las 80 parcelas disponibles. El relato arranca a finales de 1997 cuando el Ayuntamiento encarga a la ahora extinta sociedad municipal del suelo Gesuosa la gestión del futuro polígono. Un año más tarde, en noviembre, la sociedad debía adjudicar los lotes de acuerdo a las bases del concurso en las que se primaban la creación de empleo y el proyecto industrial. «Nadie veló por el cumplimiento de tales extremos», sostuvo la Fiscalía en un escrito de octubre del año pasado, «únicamente se dio una apariencia de legalidad», contratando a dos empresas externas para que hiciesen el trabajo o, mejor, algo parecido. La primera tenía la misión de «verificar» que se había presentado la documentación; la segunda, «de ofrecer unos cálculos» sobre un «criterio de valoración por puntos sin desarrollar». Con esos mimbres, Urvisa que presentó un «proyecto industrial» en un único folio, sin precisión alguna, ganó uno de los mayores lotes: la parcela B-16, de 16.000 metros.

El escrito del fiscal relataba esto y mucho más, pero todo ello está prescrito y, además, fue archivado en 2011 en otra denuncia, presentada por el PSOE, en la que se acusaba a la empresa y a casi los mismos actores de fraude en subvenciones públicas, que, de aquella, nadie vio.

No está prescrita la devolución del aval y en ello se centra la instrucción. Según la Fiscalía existía una tramitación paralela entre Patrimonio y Licencias, que es la única forma de explicar que «en menos de una hora, se presente una solicitud, se tramite con petición de informes a otra sección, se emita informe y no consten documentos de traslado de los mismos».

El PSOE también denunció irregularidades en el 'caso Seprege', en la compra y posterior venta a otra sociedad de la parcela A-19 después de haber pasado por varios dueños. Seprege, dedicada al reparto de aperitivos y refrescos, se comprometía a crear 24 puestos de trabajo, pero revendió el solar a un tercero a los 23 días de la compra.