El deporte, la mejor integración

«Empezamos en septiembre. Es ilusionante, estamos todos mezclados y lo vivimos con mucha emoción», relataba, tras soltar la raqueta, Bárbara Tejerina, informática de la Fundación Vinjoy. Había perdido, pero no pasaba nada: «Hemos ganado ya otro año».

Quien sí logró alzarse campeón fue David Curras, un usuario del CAI. «Me siento muy bien. Es la tercera vez que quedo primero», declaró, sonriente, al terminar el partido. Ya lleva tiempo dedicado a esta disciplina, «hace ocho años que me apunté. «Nos llevamos todos muy bien» a la hora de jugar durante el año, aseguró, aunque a veces hay 'piquilla' y «el ambiente está un poco cargado».

Mientras Curras jugaba, decenas de compañeros miraban el partido y lo animaban. Entre todos había un ambiente de competición sana y una deportividad difícil de ver en otros ámbitos. El joven tiene claro lo que le aporta el bádminton: «Me gusta porque hay que correr mucho. Es muy guapo. Ahora que tenemos una campeona, Carolina Marín, atrae un poco más». Le encantaría poder conocerla, reconoció.

Uno de los que miraba era Adrián Prada, recién llegado al CAI. «Quedé segundo al parchís», apuntaba, orgulloso. Es un auténtico fan del deporte, sea cual sea: «Como si me llevan a esquiar». Para él lo más importante es participar y no le gusta «ganar metiendo 'chiscadas' (por mucha diferencia)»

Para el coordinador deportivo de la Fundación, Juan Antonio Pasada, se vive «una experiencia muy interesante», de «convivencia pura» y compromiso por superarse. Lo disfrutan». La actividad física «no es una actividad que a muchos les guste», pero gracias a los partidos van conquistando logros y «ven que superan metas».

La jornada de competición terminó con la entrega de trofeos, hechos a mano por los compañeros del taller de cerámica, fotos de recuerdo y muchos abrazos.