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Carmen Maniega, a la izquierda, y Mercedes Fernández, de pie y a la derecha, antes de la Junta Directiva celebrada el pasado miércoles.
Maniega, «abierta al diálogo» con Pichel si «garantiza»  una alternativa a Fernández

Maniega, «abierta al diálogo» con Pichel si «garantiza» una alternativa a Fernández

Ambos candidatos han mantenido los primeros contactos, pero existen recelos que les impiden por el momento llegar a acuerdos

ANA MORIYÓN

Lunes, 20 de febrero 2017, 10:59

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Los precandidatos a la Presidencia del PP comienzan a mover ficha de cara al congreso regional de la formación que deberá elegir a la persona que llevará las riendas del partido los próximos cuatro años. Con tres aspirantes, algo inédito en esta formación, y un sistema de elección nuevo, con mayor participación por parte de la militancia, empieza ya a hablarse, aunque de forma muy prudente, de posibles estrategias, alianzas y pactos entre los candidatos. Concretamente, entre la presidenta de la junta local de Avilés, Carmen Maniega, y el vicesecretario de Presidencia y Relaciones Institucionales del PP de Asturias, Pablo Álvarez Pichel, quienes, hasta el momento, luchan por separado presumiblemente con el mismo fin: un cambio en la formación asturiana.

Maniega, la primera en confirmar su intención de arrebatar el poder a la actual dirección del partido, daba ayer también un primer paso en este sentido. La avilesina se mostró «abierta al diálogo» para negociar con Pablo Álvarez Pichel en aras de alcanzar una única candidatura «fuerte y sólida de cambio» y evitar, de este modo, que la rivalidad entre sus dos proyectos pueda diluir el voto desencantado con la actual presidenta del Principado y tercera en discordia, Mercedes Fernández.

Se sabe, incluso, que ambos candidatos han mantenido los primeros contactos para abordar esta posibilidad, conscientes de que reman en la misma dirección y que, por separado, podrían perder fuerzas frente al aparato. Pero, según pudo saber este periódico, existen recelos que les impiden, por el momento, dar ese paso.

Para Maniega y los suyos es imprescindible garantizar que el próximo 10 de marzo, cuando la militancia está convocada para que se pronuncie por primera vez sobre los precandidatos, llegue «al menos» una «opción alternativa y sólida» a la que encabeza Mercedes Fernández. Y solo si se cumple esta premisa está dispuesta a alcanzar acuerdos con el candidato de la llamada 'tercera vía'. La avilesina considera que sería un error que pactos previos puedan poner en peligro que haya una candidatura de «cambio» y se niegue a los afiliados la posibilidad de votar una «opción alternativa» al proyecto que lidera Mercedes Fernández.

Desde el entorno de Pichel van, quizá, algo más despacio. Se muestran dispuestos a «hablar» con otras candidaturas pero niegan que, por el momento, estén pensando en «tácticas electorales» para derrotar a nadie, sino que defienden «ideas y proyectos» sobre los que, dicen, están abiertos a discutir. Y en este marco «de diálogo», en el que rehuyen hablar aún de posibles «pactos», reconocen que podrían estar más cerca del proyecto que defiende Carmen Maniega que del que representa Mercedes Fernández. Con la primera, admiten, les une la misma vocación de «cambio», mientras la segunda simboliza la continuidad de un modelo iniciado en 2012 que, si bien entienden «respetable», está mucho más alejado de su proyecto de futuro para el partido.

Lo que está claro es que la llamada 'tercera vía' representada por Pablo Pichel ha obligado a cambiar el discurso de Mercedes Fernández y la estrategia de Carmen Maniega. El mensaje que se ofreció desde los máximos colaboradores de Fernández en el que se minimizaba la fuerza de los críticos ha quedado des diluido cuando ya hay dos candidaturas que aspiran a arrebatar el puesto a la actual presidenta. Maniega, por su parte, ha dejado de acaparar el voto «desilusionado». De ahí estos últimos movimientos.

El 25 de feberero concluye el plazo para presentar las candidaturas con sus correspondientes avales -un mínimo de 90-. Los afiliados están llamados a las urnas el 10 de marzo para elegir a sus candidatos. Si en esas votaciones uno de ellos consigue la mayoría absoluta, gana con una diferencia de 15 puntos respecto a su seguidor inmediato y es el más votado en la mitad de las circunscripciones, será proclamado candidato único en el cónclave. Si no, a la cita del 18 de marzo acudirán como candidatos todos aquellos que obtengan al menos el 10% de los sufragios y se someterán a la decisión de los compromisarios, elegidos también el 10 de marzo por la militancia en una segunda urna.

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