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El tamaño justo del pene

Un grupo de científicos británicos trata de cerrar el eterno debate sobre las medidas del pene. Tras recopilar datos de más de 15.000 hombres, les ha salido una media de 13,12 centímetros en erección y 9,16 en reposo

Carlos Benito

Miércoles, 4 de marzo 2015, 00:16

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Por favor, señores, no se lleven esta página a la entrepierna. O, al menos, tengan un poquito de paciencia y esperen a llegar a casa. El gráfico de la izquierda refleja, a escala real, el tamaño medio del pene humano, y todos sabemos porque décadas de cine porno nos han enseñado un montón sobre la magia del encuadre que la mejor manera de establecer comparaciones sería colocar el modelo en su ubicación natural, para contemplarlo con nuestra perspectiva acostumbrada. En cierto modo, el estudio del que proceden los datos busca precisamente eso, que todos los hombres tengan una referencia fiable y científica con la que cotejar sus atributos: sus autores aspiran a combatir así la nefasta influencia de lo que podríamos llamar el pene mítico, tan exagerado y tan inexistente como los gigantes de los cuentos. Pero, de momento, quítense el periódico de ahí, caramba, y más aún si lo han cogido en el bar.

Este mundo está repleto de varones perfectamente normales que se sienten descontentos con su pene. En muchos casos se trata de una insatisfacción vaga, lo que podríamos llamar una clara conciencia de las propias limitaciones, pero también hay ocasiones en las que ese disgusto entra de lleno en lo patológico: se produce entonces la llamada ansiedad del pene pequeño, que en algunos casos particularmente graves puede ser diagnosticada como trastorno dismórfico corporal. Cinco investigadores británicos se han propuesto establecer de una vez por todas cuáles son las medidas habituales del miembro viril, en un intento seguramente vano de poner fin a décadas y siglos de leyendas, medias verdades y chulerías de fantoche.

Las encuestas no les valían para mucho, porque da la impresión de que los penes son como las truchas. Si hacemos caso a los pescadores, creeremos que llevan en la cesta una especie de Moby Dick de río, un coloso cuya carne bastaría para saciar a pueblos enteros, así que no parece muy científico andar preguntando quién la ha pescado más grande sin echar un vistazo al ejemplar. El equipo se dedicó a rastrear estudios que se basaban en mediciones realizadas por profesionales de la sanidad, con unos requisitos que les llevaron a excluir por poner un ejemplo un poco desconcertante aquellos en los que se había calibrado el pene de cadáveres. Encontraron veinte trabajos válidos, realizados a partir de 1985 en países como Francia, Jordania, Corea, Tanzania, Irán, la India, Estados Unidos, Grecia o Turquía, con un total de 15.521 hombres sometidos a examen.

Después de procesar todos los registros, les ha salido una longitud media de 13,12 centímetros en erección y 9,16 centímetros en reposo, con unas circunferencias respectivas de 11.66 y 9,31 centímetros. Este segundo parámetro puede parecer una cosa tremenda, dórica, inabarcable, pero es solo por nuestra falta de costumbre a la hora de estimar perímetros curvos: equivale a un diámetro de 3,71 centímetros en erección y de 2,96 en situación de flaccidez. Los responsables de la investigación apuntan que, con la información de la que disponen, les resulta imposible acometer valoraciones sobre posibles diferencias de tamaño entre razas, ya que la mayoría de los participantes eran blancos. Y también aportan curiosas reflexiones sobre este campo de estudio tan especializado, como la influencia de la temperatura ambiental (recomiendan que las salas de medición se mantengan a 21 grados) o el hándicap del sentimiento de inferioridad: «Se sabe que algunos de los voluntarios pueden haber tomado parte en un estudio porque tenían más confianza en la talla de su pene que la población masculina en general», comentan.

Doble filo

Los profesores británicos consideran que sus tablas pueden tener aplicaciones en psicología e incluso en la industria, para documentar «la relación entre los fallos de condón y las dimensiones del pene», pero sobre todo pretenden traer un poco de paz mental a este universo de vergüenzas y agobios: según sus conclusiones, pueden considerarse anormalmente pequeños el 2,28% de los penes. «Cree­mos que nuestros gráficos ayudarán a los médicos a reafirmar a la inmensa mayoría de los hombres», confía el doctor David Veale, del Kings College londinense.

Pero, a la vez, son muy conscientes de que algunos, acostumbrados a torturarse a sí mismos, pueden interpretar los dibujos de estas páginas como un certificado de su propia pequeñez, ya que la media no deja de ser un listón genital que muchos no alcanzan. «La mitad de los hombres pueden entender que estar por debajo de la media es defectuoso o anormal. Comparar nuestros atributos con los de otros es una espada de doble filo», lamentan. Ahora, ustedes verán si quieren acercar ese doble filo a una zona tan delicada.

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