Transgénicos y a la vez ecológicos
Merche de Renobales recibe el premio de la Junta General y la Sociedad de Bioética por un polémico estudio sobre alimentos
M. LLANO
Viernes, 12 de febrero 2010, 04:11
El trabajo 'Alimentos más sostenibles: Las semillas trasngénicas en la agricultura ecológica', galardonado con el VIII Premio 'Junta General del Principado-Sociedad Internacional de Bioética', «no deja de tener un cierto carácter polémico». Lo dijo su autora, la investigadora y profesora de la Universidad del País Vasco (UPV), Merche de Renobales, quien ante la expectación que está y seguirá levantando su publicación, no puede evitar la sensación de «sobrecogimiento, responsabilidad y humildad intensa».
El motivo de tanto revuelo no es otro que el de atreverse a presentar una propuesta de puntos comunes entre los alimentos modificados genéticamente y la agricultura ecológica y decir en su estudio que combinándolos se obtendrían mejores resultados. Los cultivos ecológicos, a grandes rasgos, permiten una mejor conservación de la tierra donde se asientan y pierden, según el estudio de Renobales, «entre un 20 y un 30%» de productividad respecto de la agricultura tradicional. Los transgénicos, por el contrario, al ser más resistentes a plagas e insectos, la aumentan notablemente. Su forma de cultivo no se ocupa de la conservación de la tierra donde se asientan ni, por lo tanto, de su futuro.
Más allá de los datos relativos a la productividad y a la conservación de la tierra, la polémica de la investigación entra de lleno en la explicación textual que dio la profesora de la UPV: «Es una propuesta que combina los principios filosóficos de la agricultura ecológica y los beneficios de las semillas trangénicas».
¿Los principios filosóficos de la agricultura ecológica no son contrarios a los transgénicos? En principio, uno de los postulados que con mayor ahínco defienden los partidarios de este tipo de alimentación es la capacidad de preservar las diferentes variedades autóctonas, en contra de la homogeneización transgénica. Por su parte, Renobales, defiende que «el genoma de todo lo que comemos está profundamente modificado, aunque no nos demos cuenta» e insiste en que «las únicas plantas naturales que comemos en este momento son las que recolectamos: Setas y algunas moras». Además incide en que «los elementos trasngénicos permitidos en Europa son equivalentes nutriconalmente a los convencionales». También habló la investigadora de los beneficios que podría traer a los países subdesarrollados, algo de lo que sus partidarios hablan desde hace 20 años.
La estudiosa recibió el premio de manos de la presidenta de la Junta, María Jesús Álvarez, y el de la SIBI, Marcelo Palacios.