La dentellada de la osa puede ser de un macho en busca de hembras
Los expertos confían plenamente en su reinserción en el medio natural por el gran poder de recuperación de los úrsidos
M. S.
Lunes, 11 de abril 2011, 03:59
Si los cuidadores y veterinarios consiguen que la pequeña osa recién llegada al Centro de Recuperación de la Fauna Salvaje de Sobrescobio no se lama la herida y que remita la infección, sus posibilidades de recuperación rápida y efectiva ganan muchos enteros.
Por su fortaleza, por su juventud y por la rapidez con que la madre naturaleza permite a los osos enfrentarse a sus heridas. Cuentan los expertos que los cirujanos que internivinieron en Oviedo a la osa malherida decidieron coserle la herida por seguridad, «pero estos animales tienen un poder de cicatrización impresionante, fortísimo, y aun sin habérsela cosido, cerraría rápidamente», explican los expertos que ayudan en la recuperación del ejemplar.
La pequeña osa se comportaba con normalidad ayer en su nueva y temporal casa de Sobrescobio, instalaciones que tuvo el honor de estrenar aunque se encuentra solo parcialmente equipado y con la inauguración prevista para poco antes del verano. Allí llegó anteayer después de que fuera localizada en estado muy grave en la zona de Cangas del Narcea. Estaba extremadamente delgada y tenía varias heridas en su todavía pequeño cuerpo, de la que la más importante era la que sufría en el isquion, hueso que une el ilion y el pubis, y cuya mala curación podría ocasionarle problemas de movilidad.
No hay ninguna duda entre los expertos de que las heridas de la osezna fueron producidas por el ataque de otro animal. Las diferencias surgen a la hora de establecer cuál y porqué. Aunque una de las hipótesis apunta a una posible orfandad de la pequeña osa, la idea más extendida es la que visualiza un feroz ataque a la cría por parte de un oso macho, con la intención de poder disfrutar del celo de su madre.
En estos asuntos la naturaleza es cruel y, dado que una osa no responde al celo mientras está al cargo de sus crías, los machos optan por librarse de ellas para acceder a su madre. Se ha dado el caso de que un solo oso matara por ese motivo a tres esbardos.
Sea cual fuere la causa, lo cierto es que las posibilidades de recuperación son amplias. «Mucho más grave estaba la encontrada en Somiedo y está perfectamente».