Asturias encara tres años de ajustes
El Ejecutivo regional comienza a planificar el presupuesto del próximo año, que se prevé muy restrictivo El endurecimiento del déficit obliga al Principado a apretarse el cinturón al menos hasta 2014
ANDRÉS SUÁREZ
Domingo, 15 de julio 2012, 10:38
Asturias vivirá tiempos de ajustes, estrecheces y perforaciones de agujeros en su ya muy apretado cinturón al menos hasta 2014. La decisión del Ministerio de Hacienda, plasmada en el Consejo de Política Fiscal y Financiera del jueves, de endurecer los objetivos de déficit que deben cumplir las comunidades autónomas en los próximos años abre un escenario muy restrictivo para las finanzas regionales, en un contexto económico muy debilitado, con los ingresos en constante declive y muchas dificultades para pulir gastos sin tocar de forma sustancial los pilares del Estado de Bienestar. El reto al que se enfrenta el presidente, Javier Fernández, y su consejera de Hacienda, Dolores Carcedo, es mayúsculo.
Es verdad que, por lo menos, el fantasma de la intervención de las cuentas asturianas se ha disipado. El citado Consejo de Política Fiscal aprobó el plan de ajuste de 498 millones presentado por el Gobierno regional y el riesgo de quedar bajo la tutela del Estado ya no es tal. Ese hecho aporta un punto de tranquilidad, aunque momentáneo. Dado que el programa económico-financiero de estabilidad presentado por el Principado se hizo atendiendo al límite de déficit del 1,5% previsto para este año, que no se ha tocado, el horizonte inmediato se presenta despejado. Salvo sorpresa, el Ejecutivo sacará adelante este mes en la Junta General el crédito extraordinario de 423 millones que le permitirá sortear las estrecheces de la prórroga presupuestaria vigente. Así, su objetivo inmediato será poner en marcha los recortes pactados y desarrollar las inversiones previstas en ese crédito, aunque son escasas. El problema viene cuando se mira un poco más allá.
¿Qué ha cambiado? Mucho. La Unión Europea ha concedido a España un año más para cumplir con los severos topes de déficit. A partir de ahí, las autonomías esperaban que el Ejecutivo de Mariano Rajoy trasladase esa flexibilidad a sus propios objetivos. Sin embargo, ha sucedido todo lo contrario. Hacienda no ha tocado el límite de 2012, que se mantiene en el 1,5%, pero sí los establecidos para los años sucesivos. En 2013 estaba previsto que el déficit de las comunidades fuese del 1,1% del PIB y al final será del 0,7%. Para 2014 el endurecimiento es todavía mayor. Nada del 1% que aprobó el Consejo de Política Fiscal en su última reunión todavía con José Luis Rodríguez Zapatero en La Moncloa. Ahora habrá que bajar a un severo 0,1%. Un horizonte «muy restrictivo», en palabras de la consejera asturiana de Hacienda.
Papel mojado
O mucho cambian las cosas -es decir, la economía comienza a dar síntomas de mejora y los ingresos empiezan a crecer- o esta exigencia del Gobierno central se traducirá en la obligatoriedad de que las autonomías, también Asturias, planifiquen y ejecuten nuevos recortes en 2013 y 2014. De momento, las previsiones para esos años recogidas en el programa regional de estabilidad aprobado el jueves en Madrid son poco más que papel mojado. Antes de final de mes el Ejecutivo asturiano deben tener listo un horizonte económico para ambos ejercicios adecuado a los nuevos límites de déficit. Todo ello en un momento en que comienzan a darse los primeros pasos en la confección del presupuesto de 2013 tras un año en que por distintas razones -fracaso del proyecto inicial en la Junta y posterior adelanto electoral- Asturias está sujeta a un escenario de prórroga de las cuentas de 2011.
Atendiendo al panorama que se dibuja, serán unas cuentas muy restrictivas. El Gobierno, además, tendrá que hacer equilibrios en el alambre para conseguir sacarlas adelante, toda vez que carece de mayoría parlamentaria, más allá de un acuerdo de legislatura con UPyD, y que su teórico aliado, IU, tiene muy claro que no respaldará unas cuentas que se basen únicamente en la política del tijeretazo. El gabinete socialista tiene esa opción a la izquierda y a la derecha puede buscar el respaldo del PP o de Foro. El escenario está, a día de hoy, abierto.
Sector público
El problema para el Gobierno es que, de confirmarse la peor de las realidades, sería aplicar recortes sobre recortes y el margen de maniobra es muy estrecho. En el ajuste de 2012 ya se incluyen aumentos fiscales, tanto en el IRPF como en Patrimonio, así como en el recargo de hidrocarburos. El gasto en los pilares del Estado de Bienestar -sanidad, educación y política social- ya está al límite y es complicado meter la tijera sin tocar la calidad de las prestaciones. A buen seguro que tanto el Ejecutivo central como el Partido Popular urgirán al Principado a entrar con fuerza en el ámbito del sector público, sobre el que ahora ya se interviene, aunque de forma contenida, vendiendo Sedes, suprimiendo el Instituto Asturiano de Estadística y poniendo en el mercado la participación de la Administración en varias sociedades. Es seguro que el sector público será caballo de batalla política en los próximos meses.
No lo tendrá fácil, pues, el Gobierno asturiano, que el miércoles votó en contra de esos nuevos objetivos de déficit como forma de protesta por el rechazo estatal a compartir con las autonomías la flexibilización concedida por la UE a España. Se augura un panorama de tensión entre las comunidades y el Ministerio de Hacienda, cuyo titular, Cristóbal Montoro, ha dejado claro a los dirigentes regionales que los límites de gasto han de cumplirse sí o sí. El jueves ya avisó a varios de ellos de que se están desviando de lo previsto. Y no dudo en advertir de que, llegado el caso, tomará medidas. Una forma de decir que la intervención de las cuentas autonómicas será un hecho si sus responsables no hacen bien los deberes.