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Vista general de los hornos altos de ArcelorMittal en Gijón. A la izquierda, el 'B', parado desde el pasado miércoles por reparación :: E. C.
ECONOMÍA

El ajuste de Arcelor seguirá en Europa

La parada del horno de Gijón coincide con el peor momento del mercado del área mediterránea al que atiende

DIANA DE MIGUEL

Domingo, 29 de julio 2012, 10:55

Ni el mercado se anima ni ArcelorMittal quiere instalaciones que le puedan provocar desajustes económicos, pero son sus plantas europeas las que más le preocupan. La multinacional acaba de anunciar que será en ellas donde concentrará en los próximos meses su mayor nivel de exigencia. Todas las instalaciones sin excepción están obligadas a reducir costes. En el segundo trimestre de 2012, la división de Planos Europa, a la que pertenece Asturias, perdió 154 millones y el volumen de expediciones de productos siderúrgicos cayó un 9,2% fruto de la contracción de la demanda y del freno de las exportaciones. Un escenario cuando menos preocupante que marcará las próximas decisiones de la compañía.

En la actualidad, el gigante siderúrgico tiene nueve de los 25 hornos altos con los que cuenta en el viejo continente parados. Sólo dos de ellos, el de Gijón y el de Dunkerque (Francia), que interrumpirá su actividad en los primeros días de agosto, lo están por mantenimiento. El resto de las paradas obedece a cuestiones de demanda. Ninguna de las instalaciones, a excepción de la de Dunkerque -se mueve en el mercado de Europa del Norte que se encuentra en mejor posición que el que atiende Asturias- que, salvo catástrofe, volverá a funcionar cuando termine la reforma, tiene fecha de reapertura. Algo que preocupa especialmente en Asturias donde ni sindicatos ni empresa ocultan que la parada el pasado 25 de julio del horno 'B' de Gijón para llevar a cabo una reparación pendiente desde hace meses coincide en el tiempo con el peor momento del mercado más cercano al área del Mediterráneo al que atiende.

Aunque la decisión sobre la reapertura del horno no se adoptará hasta septiembre, son conscientes de que esta circunstancia influirá y mucho en el veredicto final. Hasta ahora la multinacional había decidido mantener operativos los dos hornos altos de Gijón, aunque no a plena actividad, porque los necesita para su producción en las plantas asturianas y sin obviar la excelente situación en la que se encuentran las fábricas, muy próximas a puertos y que hace que las materias primas sean más baratas y la producción más rentable.

Sin embargo, las dificultades del mercado y el hecho de que los dos hornos de Fos Sur Mer (Marsella), competidores directos de los asturianos, sigan abiertos podrían inclinar un cambio en su estrategia.

Hay que tener en cuenta que la siderurgia, una actividad directamente ligada a la economía de un país, está sufriendo desde hace años los vaivenes de una crisis a la que ya pocos se atreven a poner fecha de finalización. De hecho, aunque en 2009, como consecuencia del estallido de la crisis y del elevado 'stock' mundial, la multinacional llegó a tener parados la mitad de los hornos de los que dispone en Europa, fuentes del sector coinciden en que la situación actual es mucho más preocupante ya que la demanda, lejos de recuperarse, sigue empeorando. Si antes de la crisis la multinacional contaba con una cartera de pedidos segura, hoy esta tiene un recorrido muy corto, de una o, a la sumo, dos semanas por lo que aumentar la competitividad de la instalaciones asturianas, con, por ejemplo, una tarifa eléctrica más favorable, resulta más que nunca clave para garantizar el futuro del sector.

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