3.347 aspirantes en busca del milagro
El plan Gijón Inserta decidió ayer 17 empleos de peón y otros 7 de ayudante de servicio
ÓSCAR CUERVO gijon.co@elcomercio.es
Miércoles, 29 de agosto 2012, 10:54
Pasaban poco más de diez minutos del mediodía y el goteo de personas era incesante en los aularios Norte y Sur del campus de Viesques. Un total de 3.347 aspirantes se presentaron ayer a los exámenes planteados por la concejalía de Desarrollo Económico y Empleo, la misma que el pasado mes de julio batió récords con un programa, el Gijón Inserta, destinado a dar un pequeño alivio laboral al considerable número de desempleados que tiene la ciudad. Apenas había nervios, reconocían en la puerta los candidatos, sabedores de la dura competencia y de la suerte que en momentos como éste se precisa para conseguir un puesto de trabajo. Porque, en definitiva, las posibilidades quedaron reducidas al milagro al comprobar las cifras de participación. 1.970 personas aspiraron ayer a uno de los 17 puestos de peón, mientras 1.377 se examinaron para conseguir alguna de las 7 plazas de ayudante de servicio. «Conseguir un empleo aquí es tan fácil como que te toque la lotería», señaló Armando Manuel Palacios. El de ayer, en concreto el de peón, fue el segundo examen realizado por este oficial electricista de primera. Antes, obviamente, lo había intentado en su especialidad. «Quedé, si mal no recuerdo, empatado a puntos con el quinto clasificado. Pero, a pesar de la buena nota que saqué, solo se ofertaba una plaza de electricista», lamentó.
Armando Manuel insistió, eso sí, en que «los exámenes no fueron difíciles», dando toda la importancia al factor suerte. «Llevo 26 años trabajando como electricista. Dudo mucho que, viendo las escasas diferencias en las notas de los que estamos arriba, el que consiguió el trabajo sepa muchísimo más que yo. Me quedé a décimas de él, pero así son las cosas», reflexionó.
«No cabíamos en el aula»
La gran demanda de puestos de trabajo cogió por sorpresa a Antonio Vázquez, quien también afrontaba su segunda prueba escrita después de presentarse a la de oficial de segunda de albañilería. «Somos muchísima gente para tan pocos puestos, el otro día no cabíamos en el aula», señaló. Eso sí, su situación es diferente a la de numerosos parados de media y larga duración que presentaron su solicitud para esta edición de los planes de empleo de Gijón. «Llevo cuatro meses sin empleo. Es cierto que estoy cobrando el paro, pero también hay que seguir buscándose la vida. Por desgracia, las cosas están muy difíciles para todos», lamentó. Situaciones personales que, bajo el punto de vista de Patricia Ordieres, deberían ser tenidas también en cuenta a la hora de dar un trabajo.
«Hay gente que lo necesita más que otra. Se deberían valorar otros aspectos personales más allá de los conocimientos que se puedan demostrar en una hoja de examen», reflexionó esta candidata, quien criticó «las preguntas trampa» planteadas en la prueba: «Es cierto que las había un poco complicadas, pero también había otras que daban lugar a más de una interpretación». Por ello, los aspirantes debían tener especial cuidado a la hora de responder, pues cada respuesta errónea en el test supondría la resta de 0,33 puntos del total obtenido.
Además, «los tecnicismos» utilizados en la prueba contrariaron a más de uno, como Armando Manuel Palacio. «Yo procedo del sector de la electricidad, no del de la construcción como tal. Para el examen de peón se han preguntado cosas muy específicas de la albañilería, algo que yo no controlo tanto como alguien que se ha dedicado de verdad a ella», anotó.
Eso sí, las críticas a la organización municipal en cuanto a la gestión de las aulas donde tenían que realizarse los exámenes también acompañaron las reflexiones referentes a la dificultad de las cuestiones planteadas. «Es fácil perderse, no saber muy bien dónde tienes que hacer tu examen. Un señor no pudo acceder a la prueba porque pensaba que tenía que hacerla en otro aulario y, cuando llegó a donde tenía que estar, ya no le dejaron pasar», ilustró Alejandro López, quien también solicitó al Consistorio una ampliación del número de puestos de trabajo para futuros planes de empleo. «Hay que dar una salida a la gente de Gijón que se encuentra actualmente desempleada», señaló, en referencia a los 27.000 parados que hay en la ciudad.
196 personas, un puesto
Entre las cifras que mejor reflejan la situación desesperada de muchos desempleados destaca la de los aspirantes a uno de los siete puestos ofertados de ayudante de servicio. Un total de 1.377 personas concurrieron ayer a las pruebas escritas celebradas en el campus de Viesques. O, lo que es lo mismo, 196 aspirantes por cada puesto. Más abultado fue el número de candidatos a lograr una plaza de peón, aunque también es cierto que la suma de contratos ofertados era superior a las demás.
Al final, 1.970 aspirantes para 17 trabajos -115 personas de media para luchar por cada empleo-. De lejos les siguen, entre otras tantas, las 881 personas que pelearon el pasado día 13 de agosto por una de las doce plazas de auxiliar administrativo.