ArcelorMittal regulará cuatro días a la mitad de la plantilla por la parada del horno alto 'B'
La multinacional presenta un ERE para el 7, 12, 19 y 25 de este mes y los sindicatos temen que se amplíe si la instalación no reabre a principos de octubre
JUAN CARLOS VILLAR
Martes, 4 de septiembre 2012, 14:24
La multinacional ArcelorMittal regulará durante cuatro días de este mes a la mitad de la plantilla de Asturias por la parada del horno alto 'B' de la factoría de Gijón. La medida, anunciada ayer a los sindicatos y que afectará a todo el personal -salvo a quienes trabajan a turnos- se aplicará durante los días 7, 12, 19 y 25 de septiembre, según confirmaron fuentes empresariales y sindicales.
El ERE (expediente de regulación de empleo) afectará tanto al personal de producción afectado por la parada del horno -incluido parte de la plantllla de mantenimiento- como a los trabajadores de estructura (oficinas, departamento comercial, etcétera). Sindicatos y empresa no quisieron dar cifras de los trabajadores que durante esos cuatro días irán al desempleo, pero fuentes consultadas calculan que se acercarán a las 3.000 personas, cifra que MCA-UGT rebaja hasta el millar de trabajadores.
Fuentes de la empresa explicaron que no se trata de un nuevo expediente sino de la aplicación del que ya está en vigor para las instalaciones siderúrgicas de toda España y que fue renovado antes de verano. En Asturias, ArcelorMittal no hacía uso del ERE desde finales de junio cuando había aplicado una regulación en varias instalaciones acabadoras de Avilés.
La noticia del expediente, pese a que era algo esperado por los sindicatos, añade más incertidumbre a la situación de la multinacional en Asturias y se conoce antes de la reunión que empresa y centrales celebrarán mañana en Madrid, que se prevé clave para conocer la evolución de las instalaciones en los próximos meses y los cambios y ajustes que quiere aplicar la compañía.
Los sindicatos acuden a esa reunión conscientes de que la situación del sector siderúrgico y en especial el negocio de planos del sur de Europa, al que se adscriben las plantas asturianas, es muy complicada. En este escenario, ArcelorMittal paró en julio el horno 'B' de Gijón para sustituir toda la cerámica interna de la instalación, muy deteriorada por el uso. La previsión era que el horno reiniciase la producción a principios de octubre, pero la multinacional no garantiza que sea así por la incertidumbre en la demanda. Y lo que es cierto es que con un único horno la actividad siderúrgica en el Principado se reducirá prácticamente a la mitad y eso tendrá un impacto directo en el empleo y en la actividad de todas las plantas de transformación.
Plan de ajuste
ArcelorMittal propondrá mañana a los sindicatos un duro plan de ajuste para las factorías españolas. «Tocará todo desde jornada a salarios, vacaciones y flexibilidad y quieren que sea a cambio de nada», dijeron la semana pasada fuentes sindicales a EL COMERCIO. La empresa guarda silencio a la espera de la presentación oficial de sus propuestas a los representantes de los trabajadores.
La multinacional del acero convocó la semana pasada la esperada reunión de la Comisión de Seguimiento del Acuerdo Marco para abordar con los representantes sindicales de todas sus instalaciones la situación de la compañía en España y las previsiones que tiene para el segundo semestre del año y el inicio de 2013.
La reunión tendrá lugar en la sede de la multinacional, en Madrid, y la empresa planteará a los sindicatos la necesidad de realizar el duro ajuste por las dificultades de mercado con que se está encontrando el gigante del acero en Europa y las difíciles previsiones para los próximos meses. Según parece, la empresa propondrá a los sindicatos una reforma del acuerdo marco para propiciar la aplicación de un ajuste inmediato. El acuerdo marco y el convenio colectivo fueron firmado en el año 2009 y tienen vigor hasta el 31 de diciembre.
Que a la multinacional no le tiemble el pulso a la hora de aplicar duros recortes en factorías europeas como Lieja o la francesa de Florange ya había puesto a la defensiva a los sindicatos, pero todas las alarmas se encendieron hace unas semanas cuanto la empresa filtró a los representantes de los trabajadores sus intenciones para las factorías españolas. «El ajuste que prevén será muy duro pero, además, la empresa se niega a dar garantías sobre el futuro de las instalaciones», según fuentes sindicales.
Los sindicatos han alertado de que la multinacional quiere «ajustar la plantilla al máximo a cambio de nada y eso no puede ser». Y creen que debería negociar «contrapartidas» como la inversión de las baterías de cok o la reapertura del horno alto. Pero los sindicatos también son conscientes de que con un mercado a la baja será difícil lograr esas contrapartidas si además no se solucionan pronto los problemas derivados del coste de la energía y las tarifas del Musel.