Los trabajadores impiden que Tenneco les corte el gas y creen que hoy intentará dejarles sin luz

Hoy se agota el plazo que Tenneco dio a sus trabajadores para desalojar la planta gijonesa. Sin embargo, cuando suenen las campanadas que pongan fin al 2013, decenas de empleados celebrarán la llegada del año nuevo en la factoría. Sin moverse. Saben que la dirección intentará mover ficha. «Puede que intenten echarnos el mismo 1 de enero», pero a nadie le tiembla el pulso. La Delegación de Gobierno, informan desde el comité, les ha dicho que si no se producen grandes incidentes y sin una orden judicial, «la Policía no tiene por qué intervenir». Y, con ese compromiso en mente, no piensan atender a las peticiones de la compañía.

La multinacional, por su parte, tampoco renuncia a la guerra de guerrillas. Ayer intentó cerrar el gas a la planta. Esto acabaría con el servicio de comedor, en el que hasta el momento tres fieles trabajadores han seguido laborando entre fogones para ofrecer a los empleados completos menús diarios, y con el agua caliente. El técnico encargado de cortar el suministro, sin embargo, se encontró con la oposición de los empleados que en ese momento hacían guardia en la factoría y, tras una breve llamada a su jefe, decidió volver por donde había venido.

El comité sospecha que Tenneco intentará dejarles hoy sin electricidad. «Lo que quieren es estropearnos, en la medida de lo posible, la cena de Nochevieja», advierten. Después de que la multinacional ingresase sin previo aviso las indemnizaciones por despido la víspera de Nochebuena y de que diese plantón a la Unión Europea, al Ministerio de Industria y al Gobierno del Principado en su última reunión, no esperan ninguna deferencia por su parte. A pesar de que si su intención fuese la de desmantelar las instalaciones, la compañía necesitaría electricidad para alimentar los compresores, mover el puente grúa e iluminar la fábrica.

El comité se reunirá hoy con el asesor del área de Seguridad Ciudadana del Ayuntamiento de Gijón, el inspector Sergio Fernández, quien previsiblemente les ofrecerá su apoyo y colaboración. Si, por ejemplo, Tenneco quisiera cargar un camión en la vía pública, necesitaría el consentimiento del Consistorio para que la Policía Local, ante el aviso de los empleados, no lo evitase. Para trasladar la maquinaria también necesitaría un permiso de obra que, sin licencia de actividad -tal y como parece que estaba operando la empresa- podrían denegarle... Además, todas los aparatos deben estar registrados para poder circular por la UE y, de no ser así, las trabas burocráticas podrían retrasar las intenciones de la dirección. De todo esto, y también de las guardias, podrían despreocuparse si el juez concede a los trabajadores las medidas cautelares para anular el ERE que planean solicitar la primera semana del año.