El alcalde de Langreo pide a la Virgen de El Carbayu culminar las obras pendientes

Lanza sus deseos mirando al cielo como esperando un milagro –y es que, por ejemplo, el soterramiento ferroviario tenía que estar acabado en 2009–, pero con los pies en la tierra sabedor de que parte del futuro desarrollo del municipio depende de la herencia de Iberdrola, compañía que fue protagonista de la economía de la zona con la central térmica de Lada y que ahora se están desmantelando. «También hay que trasladar reclamaciones a la eléctrica: ya que se va, que deje algo, debe tener un compromiso serio con el concejo». Dijo estar muy ilusionado porque se está avanzando con paso firme con el desarrollo de la futura lavandería –en los terrenos de la antigua Nitrastur, que Iberdrola está descontaminando–, que va a ser un polígono sociosanitario, que va a dar respuesta a las necesidades de la Consejería de Salud, pero que cabe recordar que se lleva hablando de esta instalación desde 2003; aquí las cosas van despacio».

Se mantiene el diálogo abierto con la compañía eléctrica para la cesión de terrenos de la térmica; el objetivo es que se pueda arreglar parte del cauce del río para preparar la zona donde desemboca el Montés y habilitar pequeño bosque con árboles autóctonos. «Se trata de un complemento perfecto para nuestro proyecto Langreo Río, que no es para desarrollar en cuatro años, del que depende el traslado de la subestación eléctrica de Redes en Lada; hay pequeños avances, pero no hay nada serio».

Fueron muchas las personas que asistieron a la misa al aire libre –cantada por el Coro Santiaguín– y a la procesión de la imagen. Previamente, en el acto institucional, se hizo oficial el nombramiento de Langreano de Honor 2024 a la empresa Cerámica del Nalón, que será la encargada de dar el pregón en la próxima edición de la fiesta. «Es un orgullo; estamos honrados de que el pueblo de Langreo nos otorgue este título. Llevamos en Lada 104 años y desde aquí desarrollamos nuestra actividad para España y para todo el mundo con nuestros materiales refractarios», afirmó Juan Fombella. Se trata de una compañía familiar. «La fundó mi bisabuelo, Alfredo Fombella, en 1920; estuvo mi abuelo, mi tío, mi padre y ahora estamos al frente la cuarta generación». Suma unos 70 trabajadores en la actualidad.

Cerámica del Nalón es una empresa implicada en las sucesivas circunstancias que atraviesan sus empleados y el entorno. La sociedad se ha mantenido siempre en su lugar de origen, no ha visto interrumpida su producción en ningún momento y ha sabido siempre conciliar sus legítimos intereses societarios con los de los empleados y el entorno, sin sufrir ningún conflicto en los casi 100 años de historia.

Quien dio el pregón este año fue la Asociación Intervalo. Iba a ser un momento duro para su actual presidenta, María Luisa Fernández Dorado, por el fallecimiento del anterior responsable de la entidad, Benjamín Braga, en junio de 2023, quien también era su marido. Por eso, al escenario se subió uno de los miembros del colectivo, Iván Fernández. «Muchos de vosotros ya nos conocéis por nuestra continua labor en pro de los inmigrantes durante casi 30 años», manifestó ante el público. «De todo este tiempo destaco, sobre todo, la gente, quienes nos ayudaron, estuvieron ahí, trabajaron con nosotros y vivieron nuestro mundo», manifestó la presidenta. «Nos acercamos a las personas».

El encargado de dar el pregón recordó que Intervalo tuvo su primera experiencia con inmigrantes con un grupo de indígenas de Otavalo, Ecuador. «Ellos venían en familia y con la idea de vender productos que confeccionan en su país. Éste era el colectivo más abundante en Langreo, exceptuando el procedente de Marruecos que se agrupaba en torno a la mezquita de Ciaño, gracias a la asociación Centro Islámico».

Y especial protagonismo tuvo la propia celebración. Desde las ocho de la mañana se estaban preparando los 23 corderos, asados a la estaca, para los más de trescientos comensales que se apuntaron para el menú al aire libre. A ello hubo que sumarles otras doscientas personas que acudían con sus propias viandas de casa. En el local habilitado por la Sociedad de Festejos había un trasiego constante de personas para el reparto de los 1.500 bollos preñaos con sus botellas de vino.