Langreo

El 'hombre siderúrgico' protesta para exigir el centro para jóvenes con autismo en Ciaño

Fue el pasado abril cuando se entregaron un total de 12.164 firmas al presidente de la Mancomunidad del Valle del Nalón, Marcelino Martínez, junto con el resto de los alcaldes de la comarca, en un Pleno en el que quedó plasmado en acta, y con un apoyo unánime por parte de los cinco ayuntamientos del Valle del Nalón (Langreo, San Martín del Rey Aurelio, Laviana, Sobrescobio y Caso). El objetivo era entonces liderar la negociación para recuperar el antiguo colegio de La Salle de Ciaño, para un Centro TEA+21 años, propuesta de la Asociación Cultural Musi-Pedro Duro y apoyada por la Asociación TEA Nalón.

Pero parece que esa unanimidad se ha roto. ¿El motivo? Por el anuncio de la Consejería de Salud, por el que el antiguo colegio se convertirá, finalmente, en un centro de Salud Mental, un servicio que, en la actualidad, se ofrece en las dependencias del Sanatorio Adaro y que, según los usuarios, resulta insuficiente.

El nuevo proyecto será ambicioso, ya que, a la par que mejorará las actuales dependencias, según ha podido conocer EL COMERCIO, se pretende incluir un área específica para niños y adolescentes, en la que los especialistas podrían tratar temas tan delicados como el acoso escolar o el suicidio. Además, se llevarían a cabo programas de atención a las adicciones y la rehabilitación laboral de personas con problemas de salud mental. Desde Salud se defiende esta actuación ya que «sería una oportunidad de ensayar un nuevo modelo de atención a la Salud Mental, flexible, respetuoso y adaptado a las necesidades de las personas usuarias. Un modelo que priorice la intervención comunitaria, el acompañamiento terapéutico, el apoyo familiar o la inclusión laboral y social».

El colegio San Antonio La Salle del distrito langreano de Ciaño cerraba sus puertas el 31 de agosto de 2018. Tras seis años sin uso parece que la Consejería de Salud ya trabaja en un proyecto que le devolverá la vida al emblemático centro creado para escolarizar a los hijos de los trabajadores de Hunosa en 1941. La idea de habilitarlo como centro de día para jóvenes con autismo partió de la asociación.

Jerónimo Blanco no duda en enfundarse el traje de siderúrgico cuando es preciso dar visibilidad a algún problema. Ya lo hizo para exigir la ampliación del Museo de la Siderurgia. Trabajó 42 años en el sector, primero en la fábrica de Duro de La Felguera y, más tarde, en Ensidesa, hasta jubilarse en 2012 en lo que hoy es Arcelor-Mittal.