La segunda vida de El Batán en Mieres: de lavadero minero a transformar los lodos en arena
Los trabajos en la instalación mierense se centran en separar materiales nocivos de aquellos que pueden ser utilizados de nuevo
El mierense lavadero de El Batán comienza afianzar su futuro y a asegurarse su funcionamiento más allá del cierre el pozo Nicolasa (Ablaña). Lo hace ... a través de una nueva línea de negocio centrada en la recuperación de materias primas y mineras. La actividad en el viejo lavadero de carbón se centra en tratar residuos industriales para su reutilización por terceras empresas. Se trata del Batán Recovery, un proyecto de economía circular centrado en el tratamiento de distintos productos sobre los que se están realizando pruebas en los últimos meses.
Los trabajos se centran ahora en tratar arenas y lodos procedentes de los dragados de la ría de Avilés, de ellos separan aquellos materiales peligrosos y lograr una arena recuperable que puede ser reintroducida de nuevo en la ría. Además, otra línea de trabajo que se está afianzando es el tratamiento de las barreduras de Arcelor para la separación del carbón y del mineral de hierro, centrados en la utilización de este último para nuevos usos alineados con chatarra.
Además, entre los trabajos que comienzan a desarrollarse se sitúan aquellos relacionados con carbones de uso siderúrgico, el tratamiento de las denominadas escorias que provienen de la empresa Acciona. Y, por último, los materiales que se trasladan desde las escombreras metálicas; en concreto las pertenecientes a la acería de Arcelor.
Con esta incipiente fórmula, Hunosa pretende garantizar la continuidad de una instalación que actualmente cuanta con aproximadamente unos 30 trabajadores en plantilla. El objetivo, marcado en 2023, es poder recolocar en el centro a unos 40 mineros una vez Nicolasa cierre. La hullera apuesta por una nueva línea de trabajo que convertirá el Batán en un centro de tratamientos de residuos industriales, un centro que es único en España.
La intención es clara, que en Mieres se pueda tratar cualquier materia mineral sólida que se pueda disgregar de otros elementos de desecho para un nuevo reaprovechamiento industrial. Se trata de subproductos de la industria, como áridos de construcción o minerales de hierro.
El complejo mierense ya está funcionando al servicio de diferentes industrias. Lo lógico es que se traten sustancias que se generen en las proximidades o que se vayan a utilizar cerca de la instalación mierense. Lo hace gracias a que la inversión a realizar para adaptar estos procesos es mínima y se podrá aumentar la plantilla de producción de Hunosa de los treinta trabajadores directos hasta los 70, «pudiendo llegar a los 80».
Hunosa trabaja para aumentar la actual bolsa de clientes, entre los que se podrían encontrar empresas siderometalúrgicas, mineras y las que trabajen con materias primas minerales como fuente de aprovisionamiento estratégico. Entre las posibilidades de tratamiento que les ofertan está un banco de pruebas con escalado industrial que permitirá descubrir la capacidad potencial de recuperación derivada de los residuos.
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