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«Turbia no, mucho peor. El agua ha llegado a bajar negra, llena de barro». El problema con la calidad del agua en Espiniella, ... Siero, no viene de ahora. Es una situación que viene de lejos y por la que los vecinos de esta localidad de Siero llevan tiempo protestando. Tras los últimos problemas detectados, que han llevado a prohibirse su consumo al menos hasta el martes, muchos son los vecinos de este pueblo que miran a las administraciones y a la cooperativa que gestiona la red en busca de responsables.
Un grupo de vecinos ya ha remitido un escrito al Defensor del Pueblo para alertar de lo que está pasando. Y ponen como ejemplo los análisis realizados durante cinco meses, de junio a octubre del año pasado. «En el 92% de las mediciones los valores son de no aptitud para el consumo». Superaba con creces los niveles de turbidez que se consideran aptos para el agua.
Ahora suman a esta situación los resultados de los últimos análisis, los que han detectado la presencia de E.coli, que hace que ni siquiera puedan usar el agua para bañarse. «Llevamos muchos años con el agua turbia y alguien tendrá que darle una solución», se escucha sobre el suministro de una captación que da servicio a unas 130 viviendas, además de Espiniella también a los pueblos de Otero y El Cuto.
Consideran muchos de los afectados que la comunidad de usuarios de aguas que gestiona esta agua, la Cooperativa, no ha llevado a cabo una buena gestión. También ven culpable a la Confederación Hidrográfica del Cantábrico, responsable de la captación; a la Consejería de Salud y al Ayuntamiento de Siero, «que es la administración que debe garantizar el suministro de agua apta para consumo humano».
Llevan ya unos diez días sin poder disponer del agua y no entienden cómo no se ha dado una respuesta más contundente por parte de las administraciones. Abogan ya muchos en el pueblo por la municipalización de la red. Y además temen que en realidad lleven muchos más días con el agua en estas condiciones y no hayan sido avisados. «La analítica es del 29 de abril y no se avisó hasta el 6 de mayo», cuentan, preocupados.
El Ayuntamiento, por su parte, ha ofrecido «toda la ayuda municipal a la cooperativa y a sus abonados». Pero la calidad del agua depende de la cooperativa. Incluso se les ofreció una cuba de agua, que fue rechazada por la citada cooperativa.
En el pueblo inciden en que hay que ir al origen del problema, la captación de agua, en la zona de Otero. «El agua allí es muy superficial, está cerca de un arroyo y llega con mucha turbidez», exponen. Por eso, explicaba, da igual que pongan filtros o no. No son capaces de absorber las impurezas.
El papel de la junta directiva de la comunidad de usuarios de aguas, la Cooperativa, se cuestiona abiertamente en el escrito remitido al Defensor del Pueblo.
Sus actuaciones, indican, «nos dejan en desamparo, vulneran nuestros derechos e impiden que a fecha de hoy y tras más de 10 años sigamos sin tener acceso a agua potable en nuestros domicilios». Y es que aseguran que no se les facilita el acceso a la documentación, además de lamentar la «falta de respuestas» por parte de la junta directiva para avanzar en la resolución de estos problemas.
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