El 'cazafamosos' de Grado exhibe su obra
El fotógrafo aficionado Javier Alonso pondrá al ojo del público sus 1.200 'selfies' junto a actores, cantantes e incluso reyes
Para la mayoría, el coincidir con un famoso es un momento único que se recuerda toda la vida. En cambio, para el moscón Javier Alonso Navarro es casi su pan de cada día. Desde hace veinte años, su mayor afición ha sido la de «cazar famosos», una afición que le ha valido el título de experto y por la cual expondrá, este mes en la Casa de Cultura de Grado –la fecha está aún por concretar– su colección de 1.200 fotografías.
La curiosidad le llegó cuando aún estaba en el insituto y compartía clase con Ánder Azcárate, el «mayor cazautógrafos del mundo». «Llegaba a clase y traía un maletín con fotos de Pelé o Maradona. Ahí me dije que yo también los buscaría», se dijo Alonso.
La lista abarca personalidades de todo tipo, como Sting, Miguel Ángel Silvestre, Robbie Williams, Melendi, Victor Manuel y hasta la Reina Letizia. «Aún me quedan muchos, como Madonna, Brad Pitt o Mel Gibson; estos dos vinieron a Asturias hace años, pero no pude verles», lamenta.
Su 'hobby', como así lo califica, comenzó con su trabajo en el Auditorio de Oviedo, donde pudo sacarse una foto con María Dolores Pradera, la que más recuerda. El último selfi, apunta, se lo hizo con Antonio Banderas «en un viaje rápido a Cantabria, cuando le dieron un premio».
Su particular 'coto de caza' no se limita al paso de los famosos por la región, sino que lo amplía hasta Madrid, ciudad que visita «casi todos los fines de semana» y en donde gracias a «los contactos con los conserjes de hoteles» y a un grupo de WhasApp de aficionados como él, consigue información de «por dónde se moverá alguien».
Su exposición, subrayó, «sigue los pasos» de Azcárate. «Él tiene cerca de 8.000 fotografias, así que juega en Primera, yo aún estoy en Segunda División», bromea. Además, no será la primera vez que muestra su trabajo en la Casa de Cultura de Grado, pues ya lo hizo en el verano de 2022 con una muestra que «llamó mucho la atención de los turistas». De aquella eran 700 instantáneas, dos años después casi las duplica, pero el deseo sigue siendo el mismo: «Que guste tanto a la gente ver las fotos como a mí hacerlas».
